Picasso, Miró, Kandinsky y Ernst protagonizan un siglo de conversaciones con la naturaleza en CaixaForum Sevilla

La muestra 'Arte y naturaleza. Un siglo biomorfismo' reúne, hasta el 7 de septiembre, 71 obras maestras del Centro Pompidou de París

Caixa Fórum Sevilla inaugura la exposición 'Arte y naturaleza: un siglo de biomorfismo', en imágenes

Inauguración de la exposición 'Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo' en CaixaForum Sevilla / Juan Carlos Vázquez

La naturaleza es una fuente de inspiración y de creación sin límites. Esto no es ninguna novedad. La obsesión por entender y representar el milagro de la vida ha conducido -y sigue haciéndolo- la trayectoria de los más prolíficos artistas. Un deseo que, en los últimos tiempos, se ha convertido en protesta y preocupación. Con el objetivo de comprender cómo ha evolucionado la mirada del creador hacia la naturaleza, el Centro Pompidou de París ha confeccionado un pequeño islote -más bien oasis- en CaixaForum Sevilla. Bajo el nombre de Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo, los visitantes podrán acercarse a una maravillosa exposición -que estará abierta hasta el 7 de septiembre- compuesta por 71 obras maestras de figuras de renombre como Picasso, Miró, Kandinsky, Max Ernst y Le Corbusier. Sus piezas dialogan con las de artistas de vanguardia como Georgia O'Keeffe y Jermey Deller.

A través de esta muestra "nos acercamos a la reflexión y a la crítica social que han querido generar los autores" a través de "técnicas disruptivas" y de un sinfín de "metáforas" que juntas cobran un mayor significado. Así lo indica el director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz durante la presentación celebrada esta mañana. Si bien es cierto que la disposición de las piezas no sigue una cronología, sí que comprende desde el siglo XX hasta nuestros días. Su orden atiende, más bien, a cuatro apartados perfectamente diferenciados: Metamorfosis, Mimetismo, Creación y Amenaza. A pesar de la división, "cada vez encontramos un nuevo concepto que nos permite dar una nueva lectura a la exposición", reconoce la comisaria de la colección y conservadora del Centro Pompidou, Angela Lampe, quien asegura también que Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo es como la propia naturaleza: "Vive, cambia y vuelve a nacer en cada ciudad". De hecho, más de 275.000 personas ya la han visitado en Barcelona, Madrid, Zaragoza y Valencia.

Una puesta de sol que ilumina el cielo y se funde a su vez con un lago y sus orillas. Todo ello en tonos cálidos y deslumbrantes. La obra Red, Yellow and Black Streak de Georgia O'Keeffe es la primera que llama la atención del visitante cuando entra en la exposición. "Un cuadro muy sensual y orgánico que camina al límite de la abstracción", apunta Lampe y explica que la artista realizó la obra en la región del lago George, al este del Estado de Nueva York, antes de la llegada del invierno. Un dinamismo que también es palpable en el conjunto escultórico de Henri Laurens, Métamorphose. Cuerpos de mujeres en bronce que se transforman en sirenas o en flores y que muestran que este tipo de metamorfosis está presente en todas las culturas.

El quinteto de Picasso

Este primer apartado -Metamorfosis- podría considerarse el más extenso. Un arranque que parte de 1920 con la aparición de formas orgánicas que dio lugar al concepto de biomorfismo, introducido por Alfred. H Barr, primer director del MoMA, para diferenciar las obras que no encajaban en las características del arte abstracto de la época. Una introducción en la que sobresalen tres cuadros de Joan Miró, que no se habían expuesto en otras ciudades por estar cedidas. Obras que conversan con Le Corbusier porque, según Lampe, "las formas nos remiten al cubismo". Y si hablamos de cubismo es imposible no mencionar las cinco piezas de Picasso -Le Rocking-chair, Femme nue couchée, Le chapeu à fleurs, Femme au chapeu y Femme couchée- que ofrecen "una relectura del cuerpo de la mujer". "Hoy tenemos una mirada más crítica de ello, porque es la visión de un hombre", manifiesta la comisaria.

La comisaria de la muestra, Angela Lampe, explica una de las obras de Picasso.
La comisaria de la muestra, Angela Lampe, explica una de las obras de Picasso. / Juan Carlos Vázquez Osuna

Sin pretenderlo, el lienzo de Max Ernst -que cierra la primera parte- se hace especialmente duro. Jardin gobe-avions está cargado de un profundo sentimiento de angustia al mostrar ese auge de los fascismos que, irremediablemente, nos hacen pensar en el Guernica. Sin embargo, el artista invierte la relación de poder para convertir los aviones en presa de unas plantas carnívoras. Una relectura "en la que la naturaleza es la que ataca a los aviones".

La fragilidad de Calder

El apartado Mimetismo profundiza en el rol que interpretaron los avances en científicos del XIX sobre el arte del siglo XX. Los creadores convirtieron la biología marina, la microbiología y la genética en un modelo del que reproducir formas, texturas y movimientos. La primera obra que llama la atención del visitante es la escultura Four Leaves and Three Petals de Alexander Calder. Unos alambres redondeados componen la base de un objeto de cuatro ramas, cubierto de elementos redondos y que proyecta tres formas coloreadas. En realidad, el artista recrea un árbol aparentemente estático, cuyas ramas, pétalos y hojas están en incesante movimiento. También destaca Composition de Vassily Kandinsky. Una obra que demuestra "el interés del artista por el mundo submarino" al tratarse de formas celulares que despliegan "un mundo misterioso a través de sus lentes".

"Si no tuviéramos el título no sabríamos que se trata de la eclosión de una flor, el milagro de la naturaleza", apunta Lampe al hablar de Conte de pistils et d'etamines de Frantisek Kupka. Esta obra es una de las más destacadas de Creación, el tercer apartado de la exposición, donde los artistas emplean la naturaleza como materia misma de la creación. También destaca Neri Oxman, quien "trabaja con la naturaleza como materia prima para sus obras".

Una visitante contempla uno de los cuadros de Joan Miró.
Una visitante contempla uno de los cuadros de Joan Miró. / Juan Carlos Vázquez Osuna

El fin de la muestra llega con Amenaza, donde la naturaleza "no se percibe como una fuerza creadora sino como una víctima". Esta sección, más breve que las anteriores, expresa el miedo hacia el efecto de la actividad humana sobre todo lo que nos rodea. La lucha por controlar el petróleo, el cambio climático y los peligros en forma de tornados e incendios se apoderan de la sala. Especialmente llamativa es la pieza de Trevor Yeung -Suspended Mr. Cuddles- que refleja la impotencia humana frente a las fuerzas de la naturaleza. Un pachira -árbol muy conocido en Hong-Kong por atraer la suerte material- cuelga horizontalmente mediante correas. "Muestra hasta qué punto es complicado salvar nuestro entorno de las amenazas", finaliza la comisaria.

Actividades paralelas

Durante este sábado, a las 17:00 horas, hasta el domingo, 18 de mayo, se celebrará el Día de los Museos. Para celebrarlo, la institución abrirá sus puertas de manera gratuita. Solo será necesario adquirir una entrada previa a través de la web.

Por otro lado, para ampliar la mirada de la exposición, tendrá lugar a partir del 22 de mayo el ciclo de pensamiento Arte y (Post)Naturaleza. Del impresionismo al Antropoceno, un viaje a través de la historia de las relaciones entre arte y naturaleza, desde los primeros pasos del Impresionismo hasta la era del Antropoceno. Comisariado por el historiador del arte y profesor de la Universidad de Barcelona (UB) Daniel López del Rincón, cada sesión representa una etapa diferente en este recorrido, explorando cómo los artistas han interpretado y reimaginado esta conexión a lo largo del tiempo.

Además, el 30 de mayo la DJ y compositora de música electrónica Cora Novoa aterrizará en CaixaForum Sevilla para presentar The Eternal Circle, una actuación híbrida con sintetizadores modulares junto a las visuales del artista madrileño Tirador. Con el público, viajarán por la inmensidad de la materia, la energía, el espacio y el tiempo, a través de texturas, armonías y sonidos experimentales, vinculándolo con la naturaleza.

A lo largo de los meses que durará la exposición se sucederán talleres familiares, un ciclo de Pequeños cinéfilos, visitas comentadas y un menú temático.

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