"Muchos pueden tener un 'velázquez' y no lo saben"
El ICAS publica las actas del simposio de octubre sobre la obra temprana del pintor, que recoge aportaciones que "van a sorprender"
En un estudio que "va a sorprender", dijo ayer Benito Navarrete, el especialista del Museo del Prado Jaime García-Máiquez sostiene que muchas obras hasta ahora atribuidas a imitadores de Velázquez podrían ser, en realidad, del artista sevillano. García-Máiquez desarrolla esta teoría "pionera" en un texto titulado La cuadratura del círculo: calco y originalidad en la pintura del primer Velázquez, recogido a su vez en las actas del simposio internacional El joven Velázquez: A propósito de 'La educacion de la Virgen' de Yale, que bajo la dirección científica de Navarrete reunió el pasado mes de octubre en Sevilla a los más reputados expertos en la obra del pintor.
El volumen, de más de 600 páginas, ha sido publicado en una edición bilingüe (español e inglés) por el Servicio de Publicaciones del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), y fue presentado ayer en la Feria del Libro. El alcalde y candidato a la reelección, Juan Ignacio Zoido; la delegada de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella; y la jefa del Gabinete de Documentación Técnica del Prado, Carmen Garrido, participaron junto a Navarrete en la puesta de largo de este libro que reúne todas las ponencias de aquel cónclave internacional de primera fila que de alguna forma, sostuvo el también director de Patrimonio del ICAS, "marcó un antes y un después" al abordar el periodo sevillano de Velázquez, "el único en el que quedan cosas por estudiar", y por tanto el único, añadió, que puede deparar "sorpresas". Entre ellas la consideración de la influencia que Francisco Pacheco, suegro y maestro del autor de Las Meninas, tuvo sobre éste; mucho mayor que la concedida hasta ahora, según Navarrete.
Y por supuesto lo que defiende de García-Máiquez, poeta, investigador del Gabinete Técnico del Prado y discípulo de Garrido. Según su estudio, muchas obras tenidas hasta ahora por copias, como el Aguador que se conserva en la Galería Uffizi de Florencia, son no copias realizadas por otros artistas de la época, sino réplicas hechas por el mismo Velázquez. Es decir, piezas que fueron calcadas por él mismo. O más claro aún, en palabras de Navarrete: "Velázquez copiándose a sí mismo". Esto lo hacía, según argumenta García-Máiquez, utilizando un papel encerado que aplicaba sobre alguna de sus obras ya terminadas para después, con el cabo del pincel, marcar los perfiles de las figuras y trasladarlas luego a otro lienzo. Bajo esta nueva luz, dijo Navarrete, "muchos propietarios y museos pueden tener un velázquez en sus colecciones y no lo saben". Nada más y nada menos.
La maestra del autor de este llamativo estudio, Carmen Gardido, aprovechó su intervención para volver a defender, con gran convicción, que La educación de la Virgen sí fue pintado por Velázquez. "Muchos historiadores no están acostumbrados a mirar cuadros sin restaurar", dijo la experta del Prado sobre la ausencia de consenso sobre la autoría puesta de manifiesto durante el simposio de octubre. Jonathan Brown, considerado la mayor autoridad mundial en Velázquez, fue quien con más contundencia negó que el cuadro fuera obra del sevillano. "Ahora dice que no -afirmó Garrido-, pero dentro de cinco años puede que diga que sí. Ya le pasó con Santa Rufina". Hasta Zoido, a su manera, terció en el debate: "Lo pintara Velázquez o no, la verdad es que es una maravilla".
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