Crítica de Flamenco cine

El taranto del serrucho

josé torres trío

Guitarra y composición: José Torres. Viola: Jasio Velasco. Batería: Karo Sampela. Piano y voz: Cristian de Moret. Voz: Rosario Solano. Baile: La Choni. Lugar: CAAC. Fecha: Miércoles 23 de septiembre. Aforo: Unas 300 personas.

El trío de José Torres es un grupo flamenco sorprendente. No ingenioso sino sorprendente. Por el formato. Por la instrumentación. Por los arreglos. Hoy, que la guitarra de puro concertismo flamenco no existe, la mayoría de los compositores jondos para la sonanta, incluso los más interesantes, optan luego por arreglos muy convencionales para compartir su música con un combo. Composiciones notables se malogran precisamente por no dotarlas de la instrumentación adecuada. En este sentido, el José Torres Trío huye por instinto de los lugares comunes. Usa un concepto jazzístico de los arreglos en el que es más importante vestir adecuadamente una composición que la pieza misma. Como en el brillante taranto que interpretaron para el baile de La Choni. Lo del serrucho musical con que se abre la pieza es lo de menos. Es, tan sólo, un brillante icono que habla del espíritu libre de esta formación que no hace la más mínima concesión y exprime una a una las composiciones de su líder, todas intimistas, sobrias, algunas de tono minimalista, para llevarnos a un territorio flamenco nuevo.

El José Torres Trío es un soplo de aire fresco para la guitarra flamenca contemporánea, enfrascada en un virtuosismo puramente técnico, que venera a sus líderes pero que ahora, que se ha quedado huérfana, no le queda otro remedio que buscar otros referentes. Este grupo puede ser uno de ellos.

La viola, múltiple, visceral, es de todo menos melosa, y la percusión es tentacular y poderosa. Cristian de Moret ofreció su piano y su voz en fandangos, peteneras y el mencionado taranto y La Choni puso su baile espectacular en tres de las composiciones, incluyendo el taranto, con bata de cola y abanico. Rosario Solano provocó un escalofrío en su evocación, al piano eléctrico, de dos clásicos de la gran Amália Rodrigues.

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