Cultura

Una visión moderna y cercana de Mozart

  • 'Don Giovanni' inaugura el viernes la temporada de ópera con la enérgica dirección de Maxim Emelyanychev y el magisterio vocal de Carlos Álvarez.

Don Juan regresa a Sevilla. Y lo hace con el rostro y la voz del barítono malagueño Carlos Álvarez, "uno de los grandes libertinos operísticos de todos los tiempos, con un gran magnetismo escénico". Así lo cree Remedios Navarro, directora gerente del Teatro de la Maestranza, que recupera su producción de 2008 de Don Giovanni -con la concepción escénica de Mario Gas y la escenografía y vestuario de Ezio Frigerio y Franca Squarciapino- para abrir este viernes la temporada lírica.

Quedan muy pocas entradas, de las 7.200 que se pusieron a la venta, para las cuatro funciones de este título mozartiano que se podrá disfrutar también el lunes 24, el miércoles 26 y el sábado 29 e incluye un doble atractivo: Maxim Emelyanychev, una de las estrellas emergentes de la dirección orquestal en Rusia y un apasionado de la música barroca y renacentista que debuta al fin aquí a sus 26 años, y un elenco vocal netamente español a excepción del Comendador que interpreta Pavel Daniluk. "Si la crisis ha dejado alguna enseñanza es que en igualdad de condiciones [de calidad y económicas] vamos a contratar a cantantes españoles. Una costumbre que ojalá venga para quedarse", apoyó Navarro haciéndose eco de los debates de Ópera XXI, la asociación de teatros y festivales líricos españoles que preside.

José Antonio Gutiérrez, colaborador habitual de Mario Gas que en 2012 fue su ayudante de dirección de escena en la reposición en Sevilla de Madama Butterfly, insistió en el protagonismo que tiene en esta propuesta la música histórica gracias a Emelyanychev. "Ha sido fascinante comprobar cómo siente a Mozart este director tan joven y prodigioso. Él mismo es como un Mozart y llegamos a plantearnos por qué no vestirlo de Amadeus. En nuestro trabajo nos hemos dejado guiar por el maestro. Nos hemos fijado en la energía y vitalidad con que dirige. Su visión de Mozart es tan cercana y moderna que ha aportado mucho a la reposición".

Emelyanychev, que además de director orquestal es un apreciado pianista y clavecinista, desgranó algunas de esas ideas. "Aunque Don Giovanni se hace con orquesta e instrumentos sinfónicos he introducido pequeños detalles históricos que le darán un toque más barroco. Yo tocaré los recitativos con el clavicémbalo, como se hacía en la época de Mozart, y la plantilla de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) se ha reducido a 50 maestros para que todo sea más íntimo. El foso estará ligeramente elevado y el primer flauta tocará con una flauta de madera y no con la travesera de metal". Tanto el clave como los instrumentos de época han sido cedidos por el Conservatorio Superior Manuel Castillo de Sevilla -cuya Orquesta Barroca, dirigida por Valentín Sánchez, también interviene- y la Orquesta Joven de Andalucía.

26 figurantes y 28 coralistas dirigidos por Iñigo Sampil participan además en este montaje que estrena algunos cambios teatrales. "Mario Gas no ha podido venir ahora a Sevilla porque está triunfando en el Marquina con Vicky Peña [interpretan en Madrid El largo viaje del día hacia la noche del Nobel estadounidense Eugene O'Neill] pero en verano estuvimos trabajando el Don Giovanni ", aclaró Gutiérrez, para quien "esta reposición es más emocionante que la creación original por las mejoras que se han introducido, sobre todo en el segundo acto". Fue éste, en 2008, el considerado más monótono por la crítica.

Sobre todos estos elementos se alza la voz del malagueño Carlos Álvarez en uno de los roles más característicos de su repertorio, "un Don Giovanni irredento con más 2.065 señoras en su catálogo, porque he hecho la cuenta", bromeó. Más allá de su condición de burlador de damas, a Álvarez le interesa de este don Juan "su insatisfacción permanente. Para él el acercamiento a los otros es un constante desafío". El barítono elogió los elementos oníricos de esta producción que penetra en la vertiente francesa y oscura del mito y cuya atmósfera tiene más que ver con Praga que con Sevilla.

"No es el Tenorio de Zorrilla que llega al cielo salvado por doña Inés sino el disoluto que nunca se arrepiente. El libreto de Lorenzo da Ponte tiene más que ver con el Don Juan de Moliere", apreció Gutiérrez antes de insistir en la perfección de la partitura. "La música aporta la verdad a los personajes y sublima su belleza, como ocurre con las arias de doña Ana y doña Elvira -las sopranos Yolanda Auyanet y Maite Alberola- , que no aportan nada teatralmente porque repiten cosas que ya sabemos pero le dan una potencia y solvencia mayor a sus personajes".

El tenor José Luis Sola (Don Octavio), el barítono David Menéndez como el criado Leporello, la soprano Rocío Ignacio como la campesina Zerlina y el bajo David Lagares en el rol de su enamorado Masetto son otras voces españolas de una propuesta que prueba, según reivindicó Carlos Álvarez, "que la lírica en nuestro país sigue teniendo sentido porque somos capaces de crear repertorios que cumplen con las expectativas vocales y escénicas de cualquiera de las grandes casas de ópera internacionales, incluido el Maestranza. Apostar por un elenco español significa mantener la profesión en nuestro país y conlleva un gran esfuerzo por parte de los intérpretes, que han de pagar su cuota de autónomos y trabajar, no siempre en igualdad de condiciones, en un país donde hay que revisar el IVA del 21% cultural".

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