Zarzuela en el Teatro de la Maestranza

Una mujer en el centro de la tormenta

  • 'La tabernera del puerto' de Pablo Sorozábal, una de las cimas del género, llega este jueves al Maestranza

  • El teatro del Paseo Colón acogerá otras dos funciones el sábado y el domingo

Una escena de 'La tabernera del puerto', durante su representación en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Una escena de 'La tabernera del puerto', durante su representación en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. / Javier del Real (Teatro de la Zarzuela)

La tabernera del puerto, una de las grandes cimas de la historia de la zarzuela, obra de Pablo Sorozábal (con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw), llega este jueves al Teatro de la Maestranza, donde podrá verse también en otras dos funciones el sábado y el domingo.

La producción, espectacular, lleva las firmas de Mario Gas (en el apartado escénico) y Óliver Díaz (en el musical), y trasladará a los espectadores al ambiente de cielos plomizos y brisa salada de Cantabredo, el imaginario pueblo pesquero del norte de España donde transcurre esta historia de turbias pasiones amorosas, aderezada con una trama de contrabando de cocaína, duros hombres de la mar y una pequeña comunidad cerrada a cal y canto en la que nunca parece ocurrir nada, hasta que ocurre.

Por su significado sentimental, para Mario Gas éste no es un trabajo cualquiera. Si él nació en Montevideo en 1947 fue porque su padre, Manuel Gas, se encontraba allí de gira precisamente con La marinera del puerto, "última gran zarzuela de la historia", estrenada en mayo de 1936 en Barcelona, poco antes del estallido de la Guerra Civil, y recuperada en 1940, en un montaje madrileño que supuso la consagración definitiva de la obra y en el que también participó, como bajo cantante, el padre de este actor y director de escena, veterano con galones en los escenarios españoles.

"Dirigir esta zarzuela es una gran alegría, pero también una responsabilidad. A mi padre, a mi madre y a mi hermano, aunque ya no están, les prometí que lo haría de la mejor manera posible", confiesa Mario Gas. Su primera decisión fue rehuir "el triple salto mortal" y respetar en lo esencial la dramaturgia original. "Sólo hemos hecho algún corte de algún pasaje que se había quedado obsoleto", explica el director de escena, que ha buscado, sobre todo, recrear "el ambiente gris y de maledicencia" que presenta la historia, ambientada en un pequeño pueblo en el que "todo son dimes y diretes"; así como "recrear toda la paleta de colores" de ésta, "desde la comicidad al dramatismo".

Óliver Díaz, encargado de la parte musical de la función además de director musical del Teatro de la Zarzuela (institución nacional que produce este montaje), destaca la "maravillosa partitura" que firmó aquí el compositor donostiarra Pablo Sorozábal (1897-1988), "uno de los más grandes músicos de nuestra historia".

Parte del elenco artístico del espectáculo, este lunes en el exterior del Teatro de la Maestranza. Parte del elenco artístico del espectáculo, este lunes en el exterior del Teatro de la Maestranza.

Parte del elenco artístico del espectáculo, este lunes en el exterior del Teatro de la Maestranza. / Belén Vargas

En La tabernera del puerto, dice Díaz, Sorozábal "consigue dibujar todos los personajes y todas las situaciones". Un trabajo sutil y atento a las modulaciones emocionales que se percibe ya desde el comienzo, en un preludio –recurso muy poco habitual en el género chico– que, "con maneras muy impresionistas", a veces con "ecos de Debussy y de Rimski-Kórsakov", evoca "el mar, pero no uno sereno, mediterráneo, sino más bien cantábrico, más agitado y turbulento, como las pasiones que se dirimen en la obra".

No en vano, añade el director musical, con esta zarzuela que contiene incluso algún guiño "al Verdi de Otello", Sorozábal llevó la zarzuela a "sus cotas más altas", respetando por un lado los códigos clásicos del género –por ejemplo en el tipo de orquestación, basada en la sección de viento madera– pero a la vez "saliéndose un poco de la norma" a la hora de escribir.

"Si hay alguien que no haya visto nunca una zarzuela, que venga a ver ésta: es perfecta para iniciarse", asegura María José Moreno, la soprano que encarna a Marola, la tabernera del título, una mujer que debe desenvolverse en un rudo mundo de hombres, obligada por su padre –al que las no precisamente pocas malas lenguas del pueblo creen su esposo o amante– a ejercer de cebo para los embrutecidos pescadores, que acuden al local obnubilados por su belleza y sus finos modales. "Es un papel más bien ingrato, porque Marola es una pobre víctima, pero muy bonito", comenta la cantante granadina.

Antonio Gandía (que en la obra da vida a Leandro, el joven marinero enamorado que luchará por llegar al corazón de la tabernera, a la que también corteja otro hombre, un músico llamado Abel), Ernesto Morillo, Ángel Ódena y Ruth González forman también parte de un elenco en el que figuran, además, actores de texto tan respetados y experimentados como Vicky Peña y Pep Molina. Ella es Antigua, una sardinera del pueblo que se erige casi en portavoz de todas las mujeres molestas por las atenciones de sus hombres hacia la bella y (calladamente) sufridora tabernera. Él es su marido, y ambos ponen –apunta Molina– el "contrapunto cómico" en una historia "llena de tensiones". Tanto, que la tormenta, anunciada desde el comienzo, no tendrá más remedio que estallar.

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