La ventana
Luis Carlos Peris
Brigitte y lo pecaminoso
Miguel Ángel Pascual, que fue uno de los directivos de Prisa Radio con más imaginación y empeño, emprendimiento como se dice ahora, dejó su sello en Cádiz cuando dirigió por pocos años sus emisoras de la SER (daría el paso a Madrid para fundar M-80 tras la adquisición de Antena 3 Radio). Este vitoriano llevó al equipo de su pueblo a la final de la Copa de la UEFA, ante el Liverpool, en uno de los partidos más emocionantes que se recuerdan. En la camiseta del Alavés aparecían los nombres de cada uno de los socios. Y Pascual llenó el Carranza, cuando el Cádiz sobrevivía en Primera a base de proezas, y compró todas las entradas de un duelo ante el Logroñés (en fechas de Carnaval) para que acudieran invitados todos los aficionados amarillos.
Hay personas que saben mucho de radio pero porque saben mucho más de la gente, de lo que les gusta. Y además sin saber qué les gusta de comer no se podría conocer de verdad una tierra. Devoto del ajo caliente de Er Beti de El Puerto y voz profeta del talento de los Córdoba en El Faro, por ejemplo, su pasión por la gastronomía gaditana permanece en su sentimiento de vasco-burgalés amante de la buena mesa y mejores convidados en el plato.
Del 17 al 20 de marzo se celebrará en Jerez, en el recinto de congresos, una feria agroalimentaria llamada Cádiz BienMesabe. Se ha presentado esta semana en el Mercado de San Miguel de Madrid, con los gaditanos de allá reunidos para proclamar las bondades de aquí (bondades de las que no hay que insistir, pero que de vez en cuando hay que recordar).
Materia prima, productores, productos, cocineros y sus recetas forman una feria en la que sólo hace falta arrancarse por sevillanas, como estamos deseando todos. Cádiz BienMesabe es la exaltación de todo lo bueno que cada vez se hace por los sures del sur (donde brillan ya bastantes estrellas) pero para conocimiento y encuentro de los propios gaditanos. Y están invitados todos los que quieran, que en eso Pascual nunca ha tenido problemas.
Desde el atún rojo a los vinos de una tierra que ya criaba a ambos productazos hace un buen puñado de siglos, Cádiz se reclama como gran destino turístico gastronómico. Un lugar donde se trata a la comida con el respeto al esfuerzo de lo que cuesta conseguirla y cuyo resultado se disfruta aún más con las vistas, el tiempo, la luz. Sin renunciar a los orígenes, la gastronomía gaditana se ha renovado y es vanguardia. A la experiencia había que sumar la formación, el criterio. Miguel Ángel Pascual, observador y promotor, ha creado de todo eso una fiesta que sabe la mar de bien. A lo que sabe nuestra cocina y forma de vivir.
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