Se va del Betis un artista

Adiós a un futbolista que deja huella mediante ser el extranjero que más veces se puso la verde, blanca y verde. Se va un futbolista para el recuerdo y con el tiempo se refrescarán vivencias de William Carvalho como motivo principal de cualquier tertulia. Llegó en el verano de 2018 para gozo de un Quique Setién que disfrutaba viéndolo cada día. Era el tipo ideal de futbolista para el cántabro, fervoroso seguidor de que la pelota estuviese en poder propio dejando en segundo lugar la verticalidad y demás.

Al portugués era imposible quitarle la pelota en aquel tiempo de lozanía y siempre recordaremos su exhibición de fútbol un mediodía de mayo en el Bernabéu, goles de Loren y Jesé, 0-2 en el electrónico. Aquel día, William formó una pequeña sociedad con Lo Celso y con ella laminaron al Real Madrid. Una asistencia a Willian José en Pamplona fue memorable y para los anales quedó el túnel a Catena en el área como preludio del gol que marcó para el triunfo sobre el Rayo en Vallecas.

Piedra esencial en el camino que tuvo como meta cierto 22 de abril en Cartuja, su estrella fue declinando poco a poco hasta que todo se precipitó con aquella rotura del Aquiles en una visita del Leganés. Su lentitud prevaleció sobre el cúmulo de virtudes que lo adornan y ahora, antes de que cumpliese contrato, deja el Betis y también un hueco en el corazón del bético. Siempre perdurará el recuerdo de un futbolista que hacía del fútbol una disciplina llena de arte.