De la Fuente y su sentido de la fidelidad

06 de febrero 2025 - 03:07

Confirmado sobradamente queda que Luis De la Fuente es un buen tipo. Honesto, trabajador y amigo de sus amigos, la fidelidad puede jugarle una mala pasada. Un testigo tiene prohibida la mentira aunque haya mentiras que son sobradamente justificables. Y es el caso del exitoso seleccionador nacional no queriendo hacer sangre en la persona que le propició la mejor noticia de su vida, ser seleccionador nacional.

Quien no es agradecido no es bien nacido y Luis lleva toda una vida mostrando que su nacencia fue correcta, por lo que haciendo uso de su bonhomía natural puede haberse metido en un charco de impredecibles dimensiones. Sería un caso más en el probable efecto dominó que rodeará el nefando caso del beso de Rubiales a Jenni. ¿No fue advertido de que en el rol que representaba no hay nada peor que el perjurio? Como quien ignora la ley no está exento de ella, verdes las siegan.

Esperemos que tan desagradable asunto no haga metástasis para que Luis sea descabalgado del puesto que tan bien anda desempeñando. Sería un daño colateral muy negativo para el fútbol patrio, ya que con él en el puente de mando, el equipo de todos ha ido recobrando, y con vistas a superarlo, el nivel de aquél en su cuatrienio dorado. Y dicho lo cual, a ver cuánto se lleva por delante el beso con más repercusión de cuantos registra la historia del fútbol y casi del mundo.

A De la Fuente le ha perdido un sentido de la amistad tan leal como indefendible. El caso ha llegado a unas instancias en las que ya no hay balas de fogueo sino reales y el seleccionador bien debiera haber sido aleccionado convenientemente para evitar el charco en que se ve inmerso. Le enaltece su sentido de la amistad y, posiblemente, la creencia que tenemos muchos sobre un hecho que ha ido alcanzando carácter de bola de nieve cada vez más voluminosa. Lío gordo habemus.

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