La ventana
Luis Carlos Peris
Noche rica en nostalgia
Cuando entonces, o sea en tiempos cuasi prehistóricos se echaba fuera el largo y muy cálido verano con la inestimable ayuda de la radio. Y en aquellas tardes, con las chicharras de banda sonora, uno de los entretenimientos consistía en seguir el apasionante Tour por las ondas. Y cuánta emoción, qué intranquilidad aquella tarde en que el Águila de Toledo, tras llegar destacado a una cima alpina, La Romayère, no quiso bajar solo y se entretuvo en tomarse un helado a la espera del pelotón. Cómo narraban aquella extravagancia de Bahamontes los locutores de la época. Era un día de estos de julio de 1954 y la radio de cretona (Burgos dixit) era el mejor entretenimiento mientras las tardes se eternizaban y el cine de verano, tanto el Colón como el Alfonso XII, se convertían en la meta soñada con la que rematar el día... siempre y cuando la película fuese autorizada para todos los públicos, que no era tan frecuente. Ha pasado una vida, nada es como entonces y cómo el motor de la nostalgia nos reaviva la memoria.
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