La ventana
Luis Carlos Peris
Noche rica en nostalgia
Seguían los mercurios como queriendo sabotear la que puede considerarse la mañana más grande de Sevilla. La del Corpus es muy especial y hasta más multitudinaria, pero la mañana del quince de agosto es más intimista, como hasta parecer un entrañable cuarto de los cabales en el que están todos los que son y son todos los que están con el añadido de tantas ausencias como padecemos. La mañanita de la Virgen de los Reyes trae olores a nardo y la posibilidad de reencontrarse con los de siempre en el mismo sitio y a la misma hora. Ayer eché muy en falta a un acompañante como el gran Rafael Carretero, pero es una mañanita tan especial que ni los desbocados mercurios le ponían sordina, que hasta se tenía la impresión de flotar en el cielo, léase en la Sevilla de siempre y sin nada que ver con el sectarismo de los que prohíben lo que detestan. Lástima que una mañana tan redonda no contase con el complemento vespertino de antaño, el de una buena corrida de toros, pero es que la felicidad completa...
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