La ventana
Luis Carlos Peris
Brigitte y lo pecaminoso
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra como sentencia bíblica que viene al pelo para lo que está ocurriendo a cuento de la huida de Nico Williams de la Catedral. Athletic Club ha montado en cólera por la más que cierta posibilidad de que el Barça tire de su joyita en un ejemplo más de que el pez gordo se come al chico. Y eso ha enfadado tanto en Ibaigane que el cruce de declaraciones son de una acritud desmesurada. Da la impresión de que Athletic Club no ha ejercido nunca el pago de cláusula para hacerse con algún futbolista apetecido.
Que pregunten por Pamplona si alguna vez hubo tiburoneo del gran club bilbaíno por calados navarros. Reconozco que resulta doloroso que te quiten lo que no quieres perder de ninguna de las maneras, pero las normas son las normas y en el fichaje del menor de los Williams por los azulgrana no existe ni un gramo de irregularidad. Las cláusulas son el blindaje que evita el procedimiento del tirón y se establecieron cuando el 30 de junio de 1985 se abolió el derecho de retención.
En este caso tiene el Athletic la potestad de exigir el pago íntegro y al contado, con lo que se queda sin derecho a ese pataleo que se trae el presidente de los leones. Conozco bien el nivel de orgullo que tienen en Ibaigane, pero han de darse cuenta de que siempre hay uno que la tiene más grande. Y cuando eso sucede toca aguantarse, exigir que se cumplan todos tus derechos y mirar hacia adelante.
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