Eso de las segundas partes...

Está la vida en el planeta Fútbol repleta de hechos repetitivos y de circunstancias que casan con eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. La verdad que esto no es del todo cierto, ya que los tropezones se repiten más, muchas más, de dos veces en innumerables casos.

Nombres de ida y vuelta en innumerables ocasiones y aquí se dan con asiduidad. Por ejemplo, el fichaje de Junior Firpo, un futbolista que partió hace seis años mediante una operación económica muy celebrada en el propio Betis y ahora se da la sorprendente noticia de que es repescado para fortalecer uno de los puntos más débiles del equipo verdiblanco.

Ya pasó algo similar cuando la vuelta de Martín Montoya, un futbolista que decepcionó en su primera etapa en verdiblanco y que reafirmó esa decepción en la segunda. Son asuntos éstos de las repescas incomprensibles que hablan mal de una planificación que, por otra parte, parece eficiente. Y es que cuando el equipo padece un pusilánime carácter defensivo no parece que ahí esté la principal cualidad del dominicano.

En el Betis, las dos únicas repescas que funcionaron fueron las de Gordillo en el 92 y en 2015 la de Joaquín. Incuestionable éxito en ambos casos, pero ni siquiera la del gran Alfonso fue positiva cuando volvió dos años después de irse al Camp Nou. No me parece un acierto retomar a Junior Firpo y ojalá me equivoque, pero segundas partes...