El parqué
Continúan los máximos
Llegó el que podría considerarse como primer ensayo serio en este tiempo de laboratorio que es la pretemporada. Fue en Córdoba con un ambiente extraordinario de gradas abarrotadas y clientelas enfervorizadas, lo que le añadía un plus de rigurosidad al ensayo. Y de ese ensayo podemos colegir un considerable número de detalles dignos de ser analizados.
Por ejemplo, la confirmación de que estamos ante un equipo que disfruta con el balón a la vez que sufre sin él. Son características al parecer inamovibles, como si estuvieran grabadas en el ADN del Betis. Y viendo lo visto bajo las sombras de una iluminación insuficiente, lo más urgente que se nos ocurre es la urgencia de encontrar el sustituto de Cardoso. Con su ausencia, el sufrimiento tras pérdida se acentúa y eso hace que el control del juego, tan fundamental, se pierda en ocasiones.
Eso conlleva que dicho sufrimiento complique el trabajo defensivo. Contribuye a que las costuras se abran y lleguen con facilidad a las inmediaciones del portal. Y sin que tenga que ver la ausencia de alguien que reste como restaba el yanqui, las debilidades por los costados defensivos, lo que le permite al rival hacer sangre por donde más caudalosa es la hemorragia. Hasta ahí, el memorial de defectos para cambiar de tercio y abundar en la necesidad de que Lo Celso se reencuentre mediante la ubicación adecuada... siempre y cuando no se altere la posición de Isco. ¿Será posible solucionarlo todo?
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