La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Adiós a Círculo de Lectores

A lo peor ya no hay sitio para las realidades físicas de los libros y las personas

A los cinco años de hacerse con su control Planeta cierra Círculo de Lectores. Durante 57 años -de los que he sido socio 50- ha escrito una de las mejores páginas de la historia de la difusión de la lectura y los libros de calidad en nuestro país. Calidad en la selección de títulos, en la presentación -desde el papel al formato y el diseño de portadas- y en la encuadernación. Tengo libros del Círculo con muchas décadas de vida y de lecturas que están intactos.

Puede que algunas de las razones que sea han dado de su cierre tengan fundamento. Están cambiando los hábitos de lectura y adquisición de libros. Las víctimas son las librerías y los libros de verdad. Los mal llamados libros electrónicos no son libros, sino dispositivos para textos que permiten formas alternativas de lectura. Aunque la RAE admite que se llame libro no solo al conjunto de hojas de papel que, encuadernadas, forman un volumen, sino también a las obras que pueden aparecer en otro soporte, vería más ajustado a la realidad llamar libro al de papel y lectura electrónica al otro. Porque un libro es mucho más que el texto que contiene: posee las gustosas realidades materiales de su tacto y su olor.

El caso es que se puede comprender que estas realidades hayan afectado al Círculo de Lectores. Pero es menos comprensible la vertiginosa caída de la calidad de su oferta desde que lo controló Planeta. Y esto, estoy seguro, hablo por mí pero también por muchos amigos socios, ha debido incidir en su declive.

Gracias a Círculo, allá por los años 60 y 70 del pasado siglo, leí por primera vez a Mann, Hugo, Gogol, Clarín, Tolstoi o Papini en la colección de clásicos de magnífica presentación que identificaba las nacionalidades de los autores a través de colores en el lomo: rojo para España, gris para Rusia, azul para Francia, verde para Italia… Gracias a Círculo leí a los grandes autores de bestsellers -Lee, Uris, Buck, Crichton, Passuth, Van Der Meersch, West, Levin, Forsith, Benchley, Le Carré, Goldman o Godey- además de tener espléndidamente editadas las obras completas de Baroja y Kafka o la magnífica colección de filosofía dirigida por Emilio Lledó. Sin olvidar su brillante asociación con Galaxia Gutenberg. Esto fue Círculo de Lectores. Esto y sus estupendos agentes que tras tantos años de visitas se convertían en amigos. A lo peor ya no hay sitio para las realidades físicas de los libros y las personas.

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