Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Borra, borra eso
Necesitada como estaba Sevilla de un buen café en el que alumbrar tertulias sin hora de caducidad, la idea de Ramón López de Tejada de convertir en café lo que era abrevadero de pinchos de toda laya es reconfortante. Se trata de la esquina de Javier Lasso de la Vega con Trajano, lo que fuese Muebles Matamoros antaño y luego Lizarrán, una franquicia de pinchos y ya se sabe el juego que da el autoservicio con camuflaje del palillo a fin de revertir en una cuenta beneficiosa para el consumidor. Bueno, pues Ramón, que está a punto de hacer que renazca Becerra, se ha metido en la tarea de dotar a la ciudad de un buen lugar que hasta recuerda al tristemente desaparecido Britz o al Nova Roma de Asunción, conque ojalá vaya la idea con la agradable compañía del éxito y congratula su nombre de España, claro.
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