la ciudad y los días

Carlos Colón

Dr. Ignacio Gómez de Terreros

SE jubila el doctor Ignacio Gómez de Terreros, uno de los pediatras más reconocidos y queridos de Sevilla. Lo primero lo debe a su competencia profesional, su vocación de eterno estudiante que se levanta todavía hoy a las cinco de la mañana para investigar y poner al día sus conocimientos, su labor al frente de centros públicos, sus muchas publicaciones y su vocación pedagógica, que lo ha convertido en maestro de varias generaciones de pediatras (precisamente a través de uno de ellos, la doctora Gayán, lo conocí). Lo segundo, el ser querido, lo debe a su carácter afectuoso, abierto, sin dobleces, cariñoso para con los niños, comprensivo y atento para con los padres.

Para dar una idea de su trayectoria profesional necesitaríamos ocupar todas las páginas de este periódico. Baste decirle a quien no lo conozca que ha sido profesor titular de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla; jefe de Servicio del Hospital Infantil Universitario Virgen del Rocío, en el que trabajó desde su fundación en 1971; vicedecano de los Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, Virgen Macarena y Valme; director del Centro Provincial Infantil y Maternal; presidente de la Sección de Pediatría Social de la Asociación Española de Pediatría; socio fundador de la Sociedad de Pediatría de Andalucía Occidental y Extremadura, y de la Asociación Andaluza para la Defensa de la Infancia y la Prevención del Maltrato, de la que también fue su primer presidente; patrono de la Fundación Gota de Leche, del Patronato de Promoción, Protección y Reforma de Menores y Jóvenes, y de Save the ChildrenEspaña; primer presidente del Consejo Andaluz de Asuntos de Menores, que él puso en marcha; colaborador del Programa de Salud Materno Infantil de la Consejería de Salud.

Define su carácter que los mejores recuerdos de su carrera estén unidos a la antigua Casa Cuna, en la que nació su dedicación a los niños en situación de vulnerabilidad y en la que impulsó el programa de apertura de alternativas que evitaran internamientos perjudiciales, haciendo valer la consideración de los niños como "individuos sujetos de derecho". Cuando pasó al Hospital Infantil trasladó este concepto de atención integral al niño y su familia, que concretó en la Unidad de Pediatría Social. Define su carácter, sobre todo, el balance que hace de su larga trayectoria profesional: "Nada negativo recuerdo". Estas palabras, dichas por quien ha luchado en el duro frente del sufrimiento de los niños, y con tan especial dedicación al maltrato infantil y a los niños en situación de mayor vulnerabilidad, resumen una vida.

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