Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
SE ha dado con frecuencia en Alemania, y no ha sido mala idea, la prueba es que el país se ha convertido en pieza clave de la UE, ha sorteado la crisis económica con más eficacia que otras naciones de su entorno, ha eliminado las tensiones territoriales y para desgracia de los económicamente más débiles casi siempre impone su criterio en Bruselas, tanto en cuestiones económicas como en las sociales. Es un país sólido, fuerte y seguro.
La gran coalición, la Grosse koalition, ha sido empuje cuando las cosas iban mal dadas, de ahí que los alemanes hayan acogido con tranquilidad la nueva Grosse koalition. Saben por experiencia que la fórmula funciona, que el país no retrocede cuando se ponen de acuerdo socialdemócratas y conservadores, sale lo mejor de cada partido y está garantizada la sensatez en las cuestiones de Estado. El programa de gobierno se consensúa previamente y el resultado hasta ahora ha sido que ese tipo de coaliciones es positiva cuando el escenario es turbulento y se deben tomar decisiones dolorosas. Pero si los dirigentes tienen buen criterio y anteponen el interés ciudadano al interés propio y de partido, la cosa marcha.
El acuerdo al que acaban de llegar los líderes alemanes de la CDU y el SPD llevan a pensar sobre el presente y futuro de España. La incapacidad de Zapatero para gobernar con buen sentido cuando la crisis golpeó de lleno obligó a Rajoy a tomar decisiones muy duras y muy impopulares, lo que ha provocado que muchos de sus votantes, así como votantes desencantados por un PSOE plagado de problemas internos y de falta de iniciativa, hayan mirado hacia partidos minoritarios que en la mayoría de los casos juegan al oportunismo más que a cualquier otra cosa, y se mueven en función de lo que les conviene. El hecho de que sus dirigentes se expresen brillantemenre en tertulias y comparecencias públicas no significa que tengan un buen programa de gobierno ni mucho menos el necesario sentido de Estado. Es bueno que Rubalcaba haya dicho esta semana que debe gobernar en España el partido que gane las elecciones, lo que despeja la idea de que el PSOE trataría de coaligarse con quien fuera con tal de arrebatarle el gobierno a Rajoy si el PP se quedara en minoría.
Cuando estamos como estamos, mal aunque saliendo del hoyo económicamente, y con un greve problema en Cataluña, es casi instintivo mirar hacia el ejemplo alemán: una gran coalición entre PP y PSOE sacaría a España adelante.
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