FÚTBOL El defensa bético Félix Garreta, en coma inducido

Un día en la vida

manuel Barea /

Janis y los otro cuatro

EL mayor atractivo de la tele de hoy es la contraprogramación, esa facultad que propicia toda una variedad de canales que permite llevar la contraria y desmarcarse de los índices de audiencia... No, no es el mayor atractivo, es el segundo. El primero es poder apagarla y convertirla en un cuadro negro, en una obra de arte abstracto, la pintura de un pozo ciego en un sitio demasiado privilegiado del hogar. A veces he pensado que todos los televisores del mundo se apagan al mismo tiempo y todos esos millones de personas que trabajan en los platós y en los estudios siguen a lo suyo, entre el frenesí y la histeria a los que les empuja el share, sin saber que no hay ni un solo telespectador pendiente de lo que están haciendo, mientras toda esa publicidad que financia sus programas queda colapsada en un coma televisivo inducido. La implosión sería ensordecedora. Y después vendría un silencio absoluto... No. Nada de eso. Habría un griterío enloquecedor. ¿Gente con la tele apagada para siempre? Se volverían majaras. Pánico. El caos.

Así que echemos mano de la segunda opción: la de contraprogramar.

Lunes 13 de junio. Diez de la noche. Debate de los cuatro candidatos a presidente del Gobierno. En los canales habituales. Pero a la misma hora -quien busca encuentra- en uno de esos canales temáticos ponen Janis Little Girl Blue. Así que no hay color, y entre dejar pasar a Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera o a Joplin, me decido por ella sin pensármelo, y mientras la veo y la escucho cantar y hablar y oigo a sus hermanos y a sus compañeros de la Big Brother and The Holding Company y a otros que compartieron con ella algún momento de su efímera pero fértil existencia, me alegro de pertenecer y vivir en un país en el que millones, a esa misma hora, están pendientes del debate entre los candidatos a presidente, con la certeza y la confianza de que mientras siga siendo así, gane quien gane y gobierne quien gobierne, algunos como usted y como yo seremos libres para verlo o no y poder elegir entre los canales que emiten esa discusión política o ese otro que nos recuerda cómo fue Janis Joplin (por ejemplo).

Es en algo tan sencillo como eso -si no se les cree ya cuando hablan de empleo, educación, sanidad, vivienda u obras públicas- en lo que quizá haya que pensar cuando desilusionados nos digamos que todo esto es una mierda y no vale para nada. Vale para poder elegir entre oír a esos cuatro o verla a ella cantar Summertime.

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