Notas al margen
David Fernández
Del cinismo de Sánchez a la torpeza de Feijóo
Si hay un término consciente y planificadamente vilipendiado, agredido, caricaturizado y satanizado en el marco de la guerra cultural e ideológica es, precisamente, el de política. En el laboratorio de ideas del neoliberalismo y sus terminales culturales y mediáticas se han muñido y se sostienen frases del siguiente tenor, tan tóxicas, malintencionadas y falaces como: “son todos iguales”, “la política no sirve para nada”, “solo vienen a robar”, “hay muchos diputados, alcaldes y concejales, senadores, instituciones”…. Deslizando así, más o menos subliminalmente, que la democracia es cara.
Se trata de una estrategia de largo recorrido cuyo objetivo (no confesado) es separar a amplias capas de la población, especialmente las clases trabajadoras y lo que se entiende como mayoría social, de la cosa pública, desculturizar ese amplísimo segmento poblacional y alejarles de la política como ejercicio imprescindible para abordar la solución a sus problemas que exigen comprensión, compromiso y participación.
Al dictador Franco se le atribuye una frase que le decía a sus ministros, “hagan ustedes como yo, no se metan en política” que sintetiza, desde el cinismo más absoluto, el fin perverso de la estrategia que más arriba indico: conseguir que las decisiones importantes de la política y que afectan a todos, sean adoptadas por unos cuantos…. y eso vale para la “alta política y también para la micropolítica”, para las grandes decisiones en política financiera, internacional, social, económica…. adoptadas por el gobierno del estado, como en los autonómicos(en el marco de sus competencias) y, como no, en los de las diputaciones provinciales y ayuntamientos.
En definitiva, la pretensión es lograr que las oligarquías, los lobys, las instituciones que determinan (y que muchas veces nadie conoce cómo se eligen ni a quiénes dan cuenta), impongan sus intereses (financieros, geoestratégicos, políticos..) frente a los de la mayoría de la población (cómplices necesarios) que siempre sufrirá sus consecuencias tal, como ejemplo, viene sucediendo con la privatización en marcha de lo común (sanidad, educación, pensiones, servicios sociales…) para mutar derechos en negocio.
Y a fuer de ser sinceros, lo están consiguiendo, ayudados, además, por la incomprensible subalternidad que gran parte de la izquierda viene dándole a la guerra cultural y a la lucha de las ideas y los valores. Digamos que lo de pasar de la política se ha instalado cómodamente en amplias capas populares (las más desiguales en términos económicos, culturales y sociales) e, incluso, se asume como un valor…. “Yo paso de política”. Es asumido, bien visto y aplaudido precisamente por aquellos que más sufren las consecuencias de las políticas sobre las que se niegan a intervenir y/o combatir.
O desde ya se comienza a revertir este –digamos– fenómeno y no solo por la izquierda sino por el conjunto de fuerzas democráticas, o la involución en derechos y libertades estará servida tal como vemos en muchos países de nuestro entorno internacional. De ahí que la iniciativa de celebrar un acto público, con intervinientes de alto nivel como Sira Rego (portavoz de Izquierda Unida, eurodiputada por Unidas Podemos y vicepresidenta del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea) y Francisco Sierra (diputado de Sumar por Sevilla) el próximo día 6 de noviembre en el Polígono Sur ( Centro Cívico El Esqueleto) y para debatir alrededor de Perspectivas de la Agenda Social y Territorial: hacia una Nueva Legislatura. Es decir, para hablar de Política con mayúsculas en un territorio tan desigual como este y cuyos residentes sufren tantos olvidos y carencias por parte de las administraciones, la considere como un paso en la dirección correcta: llevar la política allí donde más se necesita, allí donde es más necesaria, allí donde lo establecido no quiere que se lleve y con ello, continúe el desencanto, el pasotismo, la abstención electoral y el más absoluto nihilismo, que conforman la “tormenta perfecta” que el sistema cultiva para así preservar e incrementar sus excedentes e intereses económicos que entiende legítimos pero que algunos los tildamos de privilegios. Sí, un acto valiente, de mirada larga y alejado del cortoplacismo que, independientemente de su inmediato resultado, bien merecería el apoyo y la asistencia de las y los que, posición política al margen, pensamos que el Polígono Sur También Es Sevilla.
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