Nerón y los tigelinos

18 de junio 2008 - 01:00

NUESTROS munícipes, dentro de las celebraciones del Primer Año Triunfal, siguen apostando por la ruptura social de la ciudad (la Sevilla del casco histórico, Los Remedios y Nervión contra la de la Macarena, Norte, Cerro Amate o Sevilla Este) en una parodia propagandística de la lucha de clases reescrita -mejor: redibujada- por los creadores de los dibujitos (periquitos se les llamaba aquí) de la Warner, con el cerdito Porky, el pato Lucas, el Coyote, el Correcaminos, el Gallo Claudio y el Gavilán Pollero en los papeles principales.

Tan entusiasmados están que siguen diciendo -tal vez a estas alturas hasta se lo crean- que ganaron las elecciones, y que la coincidencia entre ese triunfo electoral que nunca existió y la encuesta en la que estos días andan revolcándose expresa "lo que la gente habla en las urnas, que es diferente a la opinión publicada y la opinión pública". Pues lo que la gente habló en las urnas hace un año fue que el PP ganó con 128.776 votos, el PSOE perdió con 124.534 y se hizo con el Ayuntamiento gracias al pacto con IU, que sólo obtuvo 25.772. Esto es "lo que la gente habla en las urnas", y lo demás son pactos postelectorales suscritos entre las fuerzas políticas que perdieron las elecciones.

Esta obsesión por negar la realidad les lleva, como ha hecho el alcalde, a llamar a la prensa "oposición que no se presenta a las elecciones y busca sólo el titular". Curiosa y reveladora actitud en quien se dice progresista. Compartida por su socio-taburete que, recurriendo a la épica oratoria castrista, añadió: "Ni un paso atrás ante la resistencia lenguaraz, soez y mercenaria que sin presentarse a las elecciones manda mucho". Que lo diga el representante de una formación que obtuvo 103.004 votos menos que el PP no deja de tener su gracia.

Ebrio de neroniana autocomplacencia, rodeado de traidores Tigelinos, huyendo hacia delante y desoyendo las encuestas que nos sitúan a la cola de España (porque sólo le interesan las que, como el espejo de la madrastra de Blancanieves, le dicen que es el más bello), el alcalde proclama su intención de "convertir a Sevilla en la primera ciudad de España en calidad de vida para todos". Con la reserva de conocer a cuántos abarque este "todos" que gozarán de la más alta calidad de vida (¿familia?, ¿equipo de gobierno y cortesanos? ¿partido?), ésta es una de esas afirmaciones propagandísticas que no se creen ni quienes la proclaman. Lo que no es lo peor que podría pasarnos, porque si lo creyeran de verdad es que además de incapaces eran unos lunáticos. Mejor la propaganda, la exageración y el cinismo que la locura.

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