Amedida que la instrucción judicial del caso Mercasevilla arroja más detalles de las dos líneas de investigación en curso -por un lado, la supuesta petición de comisiones a la empresa del restaurante La Raza para la gestión de una escuela de hostelería; por otro, la operación de venta de los suelos de la empresa pública a la inmobiliaria Sando- más evidente parece que, con independencia de su derivación judicial, nos encontramos ante un escándalo de naturaleza política. Al contrario de lo que en los últimos días ha sostenido el alcalde, que esta misma semana insistió en que, a su juicio, no existe responsabilidad alguna por parte del gobierno local, los hechos ciertos -las grabaciones en las que se pide una comisión y el inusual pliego de condiciones elaborado para adjudicar los suelos de Mercasevilla- ponen de manifiesto que en el Ayuntamiento se han ejercido determinadas prácticas que no casan, presuntamente, con el respeto a las leyes. Será la Justicia quien tendrá que decidir quiénes y en qué medida son los responsables penales de estas irregularidades. Pero esta circunstancia no es excusa para que a nivel político no se tomen las correspondientes medidas. Urge, además, hacerlo, al igual que a nivel nacional ocurre en el llamado caso Gürtel. Es precisamente esta sorprendente inoperancia municipal -el Ayuntamiento ocultó el escándalo cuando relevó al director de la empresa; ha tardado siete meses en despedir al segundo imputado y se excusa en sus técnicos para eludir la más mínima responsabilidad- lo que intensifica el caso y va camino de extender las sospechas desde la empresa de alimentación a Urbanismo. Deben por tanto adoptarse medidas efectivas -no basta con personarse tarde y mal en la causa judicial- que de verdad aclaren los hechos. Entre ellas debería estar la creación inmediata de una comisión municipal de investigación presidida por la oposición. Así se hizo cuando estallaron el caso de las facturas falsas de la Macarena y la polémica por el desalojo previo pago del asentamiento de Los Bermejales, asuntos de menor entidad en comparación con Mercasevilla. Sería un primer paso para empezar a creer de verdad en la supuesta voluntad municipal de aclarar este caso "caiga quien caiga".