Tribuna económica

Rogelio Velasco

Tribulaciones en Telefónica

La compañía necesita dinero porque su endeudamiento supera el de sus competidoras y el límite considerado prudente. En su perjuicio, Bruselas ha bloqueado la venta por 13.000 millones de euros de su filial británica, O2, a Three.

La Comisión Europea bloqueó el martes la venta de la filial británica de Telefónica, O2, al grupo con base en Hong-Kong Hutchison Whampoa, que opera en el Reino Unido bajo la marca Three. Ambas compañías habían alcanzado un acuerdo de venta por 13.000 millones de euros.

En la actualidad, esas dos compañías junto a Vodafone y EE, componen el panorama de operadoras móviles con red propia. Esta última está controlada por BT y cuenta con Orange y Deutsche Telekom como accionistas.

Las razones que ha esgrimido la Comisión son similares, en esencia, a las que el regulador británico había utilizado el pasado año: al pasar de cuatro a tres compañías, la competencia se resentiría y, en consecuencia, la bajada continuada de precios y la mejora de la red se detendría.

En el mercado de operadoras móviles existen dos perspectivas acerca del entorno competitivo en el que deben operar. Una primera está orientada a proveer a los usuarios de los servicios al menor precio posible. Para conseguir ese objetivo es necesario que el número de operadoras que compitan entre sí sea elevado.

Por otro lado, las operadoras afirman que la instalación de redes de alta velocidad, fijas y móviles, requiere de enormes inversiones que tardan años en ser amortizadas y, en consecuencia, necesitan un volumen elevado de ventas y márgenes para realizar esa tarea.

El asunto se ha politizado, porque el regulador británico recomienda que la operación no se lleve a cabo. Una autorización por parte de Bruselas sería interpretado en estos momentos en el Reino Unido como una injerencia en sus asuntos. Con el referéndum por la salida de la UE en el próximo mes de junio, esto podría dar argumentos a los que apoyan la salida. En esto reside la politización.

Mientras tanto, en el lado de Telefónica se barajan alternativas. Pero una salida a bolsa de O2 en el Reino Unido supondría mucho menos dinero para Telefónica, porque el valor de la acción sería menor que el que Three ha ofertado.

Telefónica necesita dinero. El endeudamiento, en torno a los 50.000 millones de euros, está por encima del de sus competidoras y también de lo que los analistas del mercado consideran prudente.

La gran expansión internacional ha sido un éxito. Pero los paquetes de servicios que se ofrecen hoy a los clientes -telefonía fija, internet, móvil, TV de pago- exigen enormes inversiones para ofertarlos todos. Las 15.000 antenas móviles que tiene en España -por poner sólo un ejemplo- hay que mejorarlas cada vez que la tecnología de transmisión mejora.

Ofrecer TV de pago exige una gran inversión y conlleva un riesgo elevado. En todos los países existe ya una oferta de televisión muy extendida. Iniciar desde cero este servicio exige asumir grandes pérdidas durante varios años, hasta que el número de abonados es suficientemente elevado para empezar a ser rentable. Buena parte de la responsabilidad recae en los cinco grandes majors de Hollywood, que exigen mínimos garantizados por películas. Estos mínimos son elevados para, inicialmente, muy pocos abonados al servicio de TV. Ya veremos en las próximas semanas qué hace, pero Telefónica necesita los recursos para reducir deuda y ofertar todos los servicios. En otro caso, no podrá competir en Brasil, Alemania o España, sus mayores mercados.

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