La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Asunción es la aldea de los galos contra el turismo invasor
Una de las polémicas surgidas este año a propósito de la Feria Internacional de Turismo organizada en Madrid, es la creación de un estand propio para Sevilla capital, desvinculándose del pabellón general de Andalucía donde siempre ha figurado englobado en el espacio de la Diputación Provincial. Pero claro, ya sabemos que los partidos están más a la confrontación antes que en la confluencia hacia objetivos comunes que beneficien a los ciudadanos.
Habla el Ayuntamiento hispalense de buscar “turismo de calidad”. Para ello se ha firmado un acuerdo con la Confederación Española de Agencias de Viajes. Pero difícilmente se puede atraer turismo de calidad en un stand donde la mayor parte de los 110 metros cuadrados de su espacio lo ocupa una especie de barra de ambigú de velá de barrio presidida ostentosamente por el grifo de una conocida cervecera local.
En ese aspecto, y pese a la bronca política suscitada, el Ayuntamiento sevillano sigue la estela de la Diputación Provincial, componer un escaparate de Sevilla basado en las barras cerveceras y el tapeo. Para ello ambos llevan habitualmente siempre a los mismos, no hay más que mirar las fotos, los que están habitualmente pululando en torno a los poderes políticos locales. Todo ello con una dudosa calidad gastronómica. Raramente han ido a este sarao primeras figuras de nuestro universo culinario ¿Dónde están nuestros grandes cocineros? ¿Dónde están nuestros bares y restaurantes más emblemáticos? ¿Dónde están las bodegas y productores de la provincia?
Algunos dicen, miremos las redes sociales, que somos lo que somos y el que no lo quiera ver es que no es consciente de nuestra realidad. Supongo que esto quiere decir que somos tabernas cerveceras, tapas más o menos atractivas, apartamentos turísticos, Feria y Semana Santa. ¿Seguro que solo somos eso?
A lo mejor también podríamos mostrar la programación de alto nivel musical del Maestranza, nuestro gran festival de música antigua, con la Orquesta Barroca al frente, las representaciones de ópera y nuestra orquesta sinfónica. Las obras que atesora el Museo de Bellas Artes y el mismo edificio en sí, además de otros espacios expositivos, tanto institucionales como galerías privadas o paseos tan agradables y peculiares como el artístico que se ofrece los domingos en la misma Plaza del Museo, mercadillo artístico que cumple precisamente 25 años. Somos el casco antiguo y los barrios, somos Triana también y su tradición flamenca, alfarera y de cocina tradicional, y somos el río que se interpone entre Sevilla y Triana y que nos lleva, en paseo que podría ser algo único, a los parajes lindantes con nuestras marismas, su fauna y sus paisajes.
Queremos turismo de calidad, pero alguien se ha preguntado qué entienden nuestros políticos por turismo de calidad, supongo que el que viene a los mejores hoteles, come en los mejores restaurantes, visita museos y saca entradas para un gran espectáculo ¿o no? a lo mejor turismo de calidad es Hillary Clinton escuchando la tabarra del Macarena y el “color especial” en las puertas del Palacio de las Dueñas (magnífico artículo de Javier González-Cotta).
Mis admirados Sánchez-Moliní y Navarro Antolín también han tratado magistralmente el tema y sí, mi querido Luis, la cerveza es bebida de bárbaros del Norte, ya lo decían los romanos, pero a ver quién tiene huevos de beberse un fino en la puerta del Tremendo a las dos de la tarde.
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