PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Las bodas del Maestranza

LA ofensiva recortadora (ya hasta en los asilos) y la depresión colectiva por los impagos y la falta de empleo no son óbice para que los ciudadanos acudan a los teatros a pasárselo bien. Ahora es aún más necesario, tras aguantar día tras día todo tipo de conversaciones agobiantes sobre la crisis. Las grandes ciudades no dejan de casarse con sus teatros en épocas de penurias, incluso las bélicas, viviendo la cultura a teatro lleno como va a suceder en el Arenal desde hoy, con Las bodas de Fígaro cuatro noches en el Maestranza. Mozart se casó con Sevilla hace 225 años gracias a esta extraordinaria ópera que, además del enredo bufo, fue en su época pura modernidad y anticipo de la sociedad libre.

Aunque en Sevilla últimamente parece que sólo se va a casar un tal Alfonso Díez, Fígaro el barbero nos lleva de la mano a dos enlaces al precio de uno: el encuentro artístico (uno en la escena y otro con la batuta) de los dos directores con más años al frente de la gestión del Maestranza, José Luis Castro y Pedro Halffter. Y, además, a la boda en segundas nupcias (estas Bodas se montaron en 1999) de la tradición (repertorio lírico ambientado en Sevilla) con la innovación (convertir el Maestranza en factoría cultural que reporte ingresos tanto por taquilla como exportando sus creaciones).

José Luis Castro ha rememorado cómo convencieron a un banco para que adelantara el dinero en cada nueva producción lírica, al presentarle un plan de negocio en el que se aseguraba recuperar la inversión mediante su venta a otros teatros de España, Europa y Estados Unidos. Pedro Halffter y Remedios Navarro, tándem en teatro y orquesta, también han triunfado llevando a Sevilla al riesgo de lo nunca visto (Lulú, La mujer sin sombra, Tristán e Isolda, La fanciulla del West...). Abonados y aficionados, díganselo hoy a los políticos en el teatro: ante la guadaña de los recortes, la mejor defensa es un buen ataque. Lo importante no es gastar menos, sino recaudar más. Aunque sea vendiendo óperas en Sidney o en Shanghai.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios