¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
El ensayo general de la Magna
Son las cuentas de la lechera y, además, mal sumadas. La gente está diciendo que van salir 50 procesiones extraordinarias en el último trimestre del año; y que por eso el alcalde, José Luis Sanz, ha deslizado la opción de cobrar una tasa municipal por los servicios de las procesiones. Pero es falso, ya que en las 50 procesiones están incluidas todas las de gloria, que salen en estas fechas todos los años. Más salen en Semana Santa, cuando recorren las calles 71 cofradías y varias agrupaciones parroquiales con sus pasos en 10 días, desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección. Pero lo más pintoresco es que se plantea cobrar a las hermandades y cofradías, pero no dicen nada ni critican otros eventos que también requieren amplia vigilancia de la Policía Municipal. Eventos con horas extras pagadas a buen precio, debido en parte a la falta de policías.
Por ejemplo, la Policía Local también cubre carreras nocturnas y diurnas en diversos barrios, carreras ciclistas, incluso la Vuelta a España que apenas dejó beneficios, manifestaciones para protestar por cualquier cosa de indudable importancia, cruces de mayo que no organizan hermandades, festejos de asociaciones de vecinos... Y sí, también procesiones piratas, donde salen imágenes no bendecidas, que el Arzobispado y el Consejo no autorizan, ni están de acuerdo, pero que el Ayuntamiento permite y facilita, a veces cortando el tráfico en vías muy transitadas.
El número de procesiones extraordinarias y de coronaciones canónicas es un debate a asumir. Donde, por cierto, no existe objetividad. Dicen que hay un exceso de coronaciones, pero depende del cristal con el que se mira. Hay muchas cuando son imágenes de las otras hermandades, pero se justifica cuando es de la propia. Y con las salidas extraordinarias pasa lo mismo: son abusivas, pero la de nuestra cofradía que no la toquen ni la prohíban. No se suele predicar con el ejemplo.
Cincuenta procesiones llaman la atención, pero ahí están todas las del Rosario, Pilar, Todos los Santos, Amparo, Rocío… Procesiones de gloria que salen todos los años, algunas desde hace varios siglos, y que tienen el mismo derecho que las de penitencia. Devociones muy antiguas, que no deben entrar en las cuentas de la lechera. Y tampoco la procesión extraordinaria de clausura del Congreso de Hermandades (todavía no están aprobados los horarios e itinerarios), a pesar de que los hoteles de Sevilla ya tienen reservas para el 99% de su capacidad en esos días.
Y una pregunta: ¿pagarían tasas los que se benefician con las procesiones?
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