Hay realidades que, por cercanas que estén, el conjunto de la sociedad quizás no percibe en su justa dimensión. Pensaba en esto tras visitar la fábrica de Persán y entrevistar a su flamante presidenta, Concha Yoldi, hace una semana.
En Sevilla no nos sobran empresas como ésta: líder en su sector (limpieza del hogar y cuidado personal) en toda Europa, gracias entre otros factores a la apuesta sostenida por la innovación; con una cifra de negocios que supera los 400 millones de euros (marcando un récord en 2020); cerca de 3.000 empleos entre Polonia, Francia y España -y unos 1.100 están en Sevilla-, y con capital 100% andaluz.
Es la obra de la familia Moya Yoldi, tercera y cuarta generación de esta empresa familiar, fundada hace 80 años por el abuelo de la presidenta y dos socios. Porque Persán no sería lo que es hoy sin su anterior presidente, José Moya Sanabria, recientemente fallecido, y su socia, esposa y sucesora.
Viendo la fábrica en 2021 cuesta pensar que mediado 1994 la empresa estaba en riesgo de quiebra y que este matrimonio de economistas logró en un año llevarla a dar beneficios y a crecer, como fabricante de sus propios productos y para terceros. Un trabajo que continúan sus hijos, Javier y Juan Moya Yoldi, en comunión con el CEO, Antonio Somé, que, como muchos trabajadores de Persán, pertenece a una saga de empleados con el mismo apellido.
Mientras visitaba la empresa con su presidenta, Concha Yoldi saludaba por su nombre a bastantes de los empleados -muchas mujeres, como ella misma- que nos iban mostrando el laboratorio que crea los nuevos productos, el almacén robotizado o la línea de producción de detergente en monodosis, un segmento en los que son líderes absolutos en toda Europa: tres de cada cuatro lavados a máquina con cápsulas en el continente usan detergente que se ha fabricado en Sevilla. Y no cesan en su afán por mejorar, porque aspiran a hacer lo mismo con el lavado de vajilla a máquina, para lo que han comprado otra fábrica en Francia.
Persán es un ejemplo. No sólo como empresa familiar rentable que crea empleo y riqueza, sino de que las sociedades que más avanzan son las que tienen un empresariado fuerte -industria, en definitiva-, apegado al territorio. Lo es también porque sus dueños crearon una fundación para ayudar a la inserción laboral o una empresa patrimonial, Álea, que lleva sus conceptos de éxito a sectores tradicionales como la agricultura o la construcción. Un comentario de un lector a la entrevista a Yoldi decía: "Ojalá hubiera en Sevilla muchos... muchos persanes". Más claro no se puede decir.
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