La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

La gran verdad de los dos papas

No existe un antiguo gran líder tan respetuoso y prudente como Ratzinger con el papa Francisco

Entre la renuncia del papa Ratzinger y la elección del papa Bergoglio se dispararon las dudas sobre la dificultad de convivencia entre un Pontífice emérito y otro en plenitud de sus funciones. Hacía siglos que un Papa no había abandonado el cargo de forma voluntaria. La única pena de la película que Netflix ha lanzado con éxito sobre ambos papas es que concluye con la proclamación de Francisco después de recrear cómo fue la relación entre ambos, cuando uno era obispo de Roma y el otro cardenal arzobispo de Buenos Aires con interés, por cierto, por concluir su carrera eclesiástica y pasar al retiro. Quién le iba a decir al argentino cuál sería su futuro... nada menos que alcanzar el papado en la quinta votación del cónclave celebrado en la cuaresma de 2013. Si la película hubiera abarcado los años que lleva Francisco de ejercicio del ministerio petrino se hubiera expuesto el gran ejemplo que desde entonces está ofreciendo el emérito, un respeto absoluto por su sucesor, un silencio prudente en todo momento, ni una sola interferencia que pudiera alterar el gobierno de la Iglesia Católica, ningún mensaje con riesgo de ser interpretado como crítica al actual Papa, ni por supuesto ningún tuit. Busquen, por ejemplo en España, a un gran líder que haya dejado su cargo y haya sabido permanecer callado, que haya resistido la tentación de ejercer la influencia propia de quien ha tenido poder. No lo encontrarán. Antes o después todos acaban sucumbiendo. Por vanidad o por necesidad. Desde los ex presidentes de los Estados Unidos, tenidos como quienes han sido los más poderosos del mundo libre, hasta la mayoría de políticos que han ejercido puestos de responsabilidad en España. No sólo se trata de saber marcharse, cosa que Benedicto XVI hizo en Latín y en helicóptero, sino de saber permanecer en un plano de absoluta discreción. Todos los ex presidentes del Gobierno de España y varios ex vicepresidentes se han pronunciado en frecuentes ocasiones sobre la actualidad del país que les tocó un día gobernar como si fueran árbitros retirados que aceptan comentar en la radio y la televisión el trabajo de sus colegas. Un libro, una conferencia, un foro. Cualquier formato es bueno para recordar que siguen existiendo. ¡Cuántas veces no sube el precio de los bollos al hablar Aznar o Alfonso Guerra! Por no referir al avieso Zapatero y a todos los que usted tiene en mente. La próxima cuaresma se cumplirán seis años del inicio del pontificado de Francisco y también seis años de silencio y de respeto escrupuloso guardados por un intelectual como Ratzinger. Busquen un ejemplo similar en un antiguo gran líder.

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