¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Ussía, el último acto del “otro 27”
Los ministros andan eufóricos esta semana. Con razón. El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha avalado en sus aspectos esenciales la amnistía a los independentistas y el juicio contra el Fiscal General del Estado ha concluido sin aparentes avances de quienes lo denunciaron. Los dos éxitos son provisionales, pero animan a Pedro Sánchez y los suyos.
Lo que no anima nada a los ministros es precisamente la decisión firme y explícita, no sólo insinuada, de Sánchez de liderar desde Moncloa la oposición a los gobiernos autonómicos del PP, especialmente a los de Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, sus bestias negras (y más pobladas, o sea, con más diputados a elegir).
El contexto es el siguiente. El presidente cree que Valencia es, gracias al impresentable Mazón, el eslabón débil del poder territorial del PP y tiene la caradura –no se me ocurre expresión más exacta– de exigirle a los populares elecciones anticipadas cuando es un sitio con presupuestos y mayoría parlamentaria estable, no como él en España. En Andalucía cree que Moreno Bonilla ha tropezado gravemente con los cribados del cáncer de mama y lo pagará en las urnas. Y Madrid es una antigua obsesión suya, por la peculiaridad de su presidenta, encarnación de la maldad ultraliberal y el desparpajo ideológico.
¿Cuál es el error? Pues que para explicar por qué hay tanta desigualdad en la España que va como un tiro gracias a su política (siempre él) dice que las autonomías del PP despilfarran las ingentes cantidades de fondos que el Gobierno les envía (siempre él), y para frenar a esa derecha insolidaria, inepta y corrupta lo mejor que se le ocurre es encabezar (siempre él) la oposición desde ya y hasta las elecciones respectivas.
De este modo, quedan despojados de hecho de sus candidaturas los ministros Morant, Montero y Óscar López, a los que se obligó a ir al matadero de unas elecciones que ya pintaban mal y ahora los remata como perdedores necesitados de su épico aterrizaje salvador... que no cambiará el rumbo de las cosas. Ya pasó en la tanda anterior de elecciones autonómicas: Pedro Sánchez pensaba que su sola presencia levantaría las candidaturas regionales. Las deterioró a causa de su contagioso desgaste. Iba a fortalecer a los candidatos socialistas. Terminó de hundirlos.
Como dijo Susana, “Pedro, tu problema eres tú”. Siempre él.
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