Las dos orillas

José Joaquín León

El séquito de José Tomás

QUIEN no va a los toros para ver a José Tomás es un desgraciado. Ésta es la idea madrileña que se ha impuesto a las provincias de España desde el triunfo del torero en la pasada Feria de San Isidro. Por eso se pagaban 800 euros para su mano a mano con Morante en la Plaza Real de El Puerto de Santa María. Por eso estaban las barreras y tendidos del coso portuense como estaban: abarrotados por señores y señoras a los que normalmente no se les ve por allí, dando lustre y prestancia para las fotos, empezando por Ramón Calderón, presidente del Real Madrid, que es el prototipo básico del séquito figurón de José Tomás.

Nuestros políticos han picado en ese anzuelo. Mención especial para el PP, que podía haber celebrado el Congreso Regional allí mismo, al final de la corrida. Estaba casi toda la plana mayor de Andalucía, encabezada por Javier Arenas, Antonio Sanz, Teófila Martínez, Juan Ignacio Zoido y otros parlamentarios y concejales, además de Ana Mato, todos junto al alcalde de El Puerto, Enrique Moresco, al que ahora se califica como tránsfuga, olvidando que ganó con claridad y fue el más votado, aunque le faltaron dos concejales para gobernar en solitario con mayoría absoluta.

Los del PP lo tuvieron fácil para ir a El Puerto a ver a José Tomás, y supongo que también a Morante, que el pobre no es un torero cualquiera. Los del PP llegaban directamente desde el Parlamento andaluz, donde habían asistido al homenaje más bochornoso que ha recibido Blas Infante desde su fusilamiento. Un homenaje al que no acudió el presidente de la Junta, Manuel Chaves, porque estaba de vacaciones en Croacia, y al que tampoco asistió Gaspar Zarrías porque tenía algo mejor en su agenda: ir a la Fiesta del Pulpo, en Carballiño (Orense), junto a su compañero gallego Emilio Pérez Touriño, para oponerse a los planes financiadores de su también compañero catalán José Montilla.

Zarrías decidió viajar a un acto de tanta relevancia como fue el del Pulpo a la Gallega y no acudir al homenaje a Blas Infante, que no les parecerá un tipo tan importante como el Lluís Companys catalán. Peor para él, que se quedó sin ver después a José Tomás, a pesar de que en la plaza de El Puerto había no pocos amigos y pelotas de Zarrías, algunos llegados desde Madrid. La representación taurina socialista estuvo encabezada por dos consejeros de la Junta, Antonio Fernández y Teresa Jiménez, aunque esta última apenas ha sido citada porque es poco conocida todavía. Un buen primer paso es participar en estos eventos. A Chaves no le hace falta, porque está por encima del bien y del mal, pero a los demás sí. Por eso unos se integran en el séquito de José Tomás, mientras otros ningunean a Blas Infante.

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