Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Valencia es nuestro Katrina
La aldaba
Nos quedamos ayer un tanto descontentos cuando el Papa anunció un nuevo consistorio y sacó el papelito con los nombres de los 21 nuevos cardenales. Ni un español en la lista de los que recogerán las birretas el próximo 8 de diciembre, día que, por cierto, tiene un marcado acento para nosotros por la tradicional visita del Santo Padre al monumento de la Inmaculada en un acto organizado por la Embajada de España ante la Santa Sede. No tendremos en ese consistorio a los considerados dos grandes candidatos: el presidente de la Conferencia Episcopal , monseñor Arguelles, arzobispo de Valladolid, y el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz, con una espléndida relación con Francisco, el Nuncio y la curia vaticana, como demuestran innumerables hechos. Tenemos claro que las ciudades no tienen derecho a reclamar un cardenal, título personal concedido a la persona, no a una diócesis, como siempre nos recordada hasta reñirnos el inolvidable cardenal Javierre. Pero la tradición de Sevilla al respecto es dilatada. Juan José Asenjo ha sido el primer arzobispo de Sevilla sin púrpura en doscientos años de historia de la Archidiócesis. El Papa sigue apostando por las periferias y, en esta nueva hornada, por el refuerzo del gobierno del Vaticano, aunque sí ha tenido al menos dos excepciones que lo vinculan a los tradicionales criterios papales a la hora de nombrar nuevos purpurados: los nombramientos del arzobispo de Turín y del vicario general de Roma.
Si hoy se celebrara un cónclave para elegir a un nuevo papa, solo podrían votar siete españoles por tener menos de 80 años: Miguel Ángel Ayuso, Antonio Cañizares, Juan José Omella, Carlos Osoro, Fernando Vérgez, José Cobo y Ángel Fernández Artime. Sevilla tendrá que esperar. Don Carlos Amigo aguardó 21 años. Sevilla puede esperar. La relación de Saiz con el Nuncio es más que fluida, el nombramiento de dos auxiliares fue un hecho inusual que confirman el prestigio y la fuerza de nuestro arzobispo en Roma, así como contaremos con un representante directo del Papa en el Congreso de Hermandades. Saiz está, además, en la congregación que decide los nuevos santos. La línea de trabajo de su pontificado conecta cada día más con las prioridades de Francisco: el cuidado de los seminarios y la atención de los inmigrantes. Anoten el centro de atención que se prepara con toda valentía en la sede de Cáritas en Don Remondo. Y de todas formas nos viene bien esperar porque el 8 de diciembre tenemos un lío gordo, gordísimo, en Sevilla, ¿verdad señor arzobispo? No conviene abarcar mucho. Paso a paso, nunca mejor dicho.
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