Tablada, zona prohibida

02 de octubre 2024 - 03:08

Estamos celebrando los 25 años de Diario de Sevilla. En la primera portada, abriendo a toda plana, se leía: Tablada moverá más de 250.000 millones. Este periódico ha tenido muchos aciertos, pero aquella profecía de 1999 aún no se ha cumplido. Desde entonces (y desde antes), cuando llega un nuevo alcalde al Ayuntamiento, viene con la firme intención de resolver el laberinto de Tablada. Y todos se van contentos y divertidos, pero tal como han venido. Tablada sigue siendo el gran desperdicio de Sevilla. Allí se puede hacer todo, pero la verdad es que no hacen nada. A la vista está que es una pena. Cuando llegó José Luis Sanz a la Alcaldía, apenas dos días después, insinuó la posibilidad de que los promotores construyeran viviendas. Y, de inmediato, salieron los defensores de lo verde, recordando que es zona inundable. Después Sanz admitió que no hay proyecto y apeló al nuevo PGOU.

Sabido es que se presentó un proyecto con uso residencial, donde Tablada aparecía como una Arcadia a la sevillana, idílica, con viviendas compatibles con un paraíso terrenal. También se conocen los litigios judiciales, los intentos de los alcaldes anteriores, los proyectos fracasados, la intención de convertir la dehesa de Tablada en el gran parque metropolitano (el pulmón de Sevilla, decían) y todas las pamplinas que se han quedado en el olvido.

La realidad es que los terrenos, vistos en su totalidad, son enormes. El presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, Francisco Herrero, recordó en unas declaraciones que Tablada tiene una extensión de 700 hectáreas, donde se podrían construir viviendas e incluso un gran parque, como el Central Park de Nueva York, que ocupa 350 hectáreas. Por hacer otra comparación, Tablada abarca el mismo espacio que todo el casco antiguo, Triana, Los Remedios y la Feria juntos.

Siendo lo anterior verdad, también lo es que no debemos caer en utopías. Central Park está en el cogollo de Manhattan, y tiene a ambos lados dos de los mejores distritos residenciales y culturales de Nueva York, el Upper West Side y el Upper East Side, donde viven clases altas y medias (son clases más altas que las de aquí), y donde están el teatro de la ópera del Met, el Lincoln Center y el Metropolitan entre otros museos. Ese glamour no tiene nada que ver con el entorno urbano actual de Tablada, más allá de las hectáreas que pudieran destinar al parque.

Es evidente el desperdicio que supone el estado actual de la dehesa. Se puede recorrer el camino para ir desde Sevilla a San Juan de Aznalfarache, pero ofrece una imagen muy triste. Ahí se ve lo que podría ser y no es. Y resulta inevitable preguntar por las causas de este abandono eterno.

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