La salud es lo que importa

Dr. Bartolomé Beltrán

Cuando la transmisión es sexual

13 de febrero 2016 - 01:00

LA infección por el VPH es una de las ITS más comunes. Más de 290 millones de mujeres están infectadas. Una de las lesiones más habituales que provoca son las verrugas genitales. En este sentido, la vacunación frente al VPH presenta una efectividad de más de un 90 por ciento en la reducción del riesgo de desarrollar verrugas genitales entre el grupo de mujeres de 16 y 40 años con alto riesgo de desarrollar estas lesiones. Se estima que anualmente unos 357 millones de personas contraen clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis, entre otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Para combatirlas, la prevención es fundamental porque constituye una herramienta eficaz para reducir las cifras de contagio.

Sabemos que cada día más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual. Para prevenir Hepatitis B y VPH hay disponibles vacunas seguras y muy eficaces. Son vacunas que han supuesto importantes avances en la prevención de las ITS. La vacuna contra la hepatitis B se incluye en los programas de inmunización infantil en el 93 por ciento de los países, y se estima que ha prevenido unos 1,3 millones de defunciones por hepatopatía crónica y cáncer. La vacunación contra el VPH podría prevenir la muerte de más de 4 millones de mujeres en la próxima década en los países de ingresos bajos y medianos, donde se concentran la mayoría de los casos de cáncer cervicouterino, si se logra alcanzar una cobertura vacunal del 70%.

Las Infecciones de Transmisión Sexual tienen efectos profundos en la salud sexual y reproductiva en todo el mundo y figuran entre las principales consultas de atención médica entre adultos. Más allá del efecto inmediato de la infección en sí misma, pueden tener consecuencias graves, entre ellas la esterilidad o la transmisión de infecciones de la madre al niño.

Actualmente se dispone de tratamiento eficaz contra ciertas ITS. Tres ITS bacterianas (clamidiasis, gonorrea y sífilis) y una parasitaria (tricomoniasis) son generalmente curables con los eficaces regímenes de antibióticos de dosis únicas existentes. Para el herpes y el VIH, los medicamentos más eficaces disponibles son los antivíricos, que pueden atenuar la evolución de la enfermedad, pero no curarla. Para la hepatitis B, los moduladores del sistema inmunitario (interferón) y los medicamentos antivíricos pueden ayudar a luchar contra el virus y frenar los daños al hígado. Pero los esfuerzos actuales para contener la propagación de las ITS no son suficientes.

A pesar de los considerables esfuerzos realizados para identificar intervenciones simples que puedan reducir los comportamientos sexuales de riesgo, los cambios de esos comportamientos siguen suponiendo un desafío complejo.

Por otra parte, los servicios de detección y tratamiento de las ITS siguen siendo inadecuados. Las personas que necesitan servicios de detección y tratamiento de ITS deben afrontar numerosos problemas. Estos incluyen la escasez de recursos, la estigmatización, la calidad insuficiente de los servicios y el limitado o inexistente seguimiento de las parejas sexuales. Es lo que hay. Seguro.

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