Para entender el lenguaje del nuevo Gobierno nos será muy útil comenzar por descifrar algunos de sus postulados más elementales.

Progresismo: ideología que desprecia los fundamentos culturales y religiosos de las sociedades occidentales, y cuyos principales signos de identidad son el aborto, la eutanasia, la ideología de género, el indigenismo, el antifascismo, etcétera.

Aborto: derecho de la mujer a eliminar a los hijos antes de nacer, por tratarse de meros seres vivos, pero no humanos (salvo que se aborten por la listeriosis de la carne mechada, en cuyo caso hasta La Sexta los computará como bebés).

Eutanasia: método muy útil que aplicado a los enfermos y ancianos evitará cuantiosos gastos sanitarios, en cuidados paliativos y en pensiones.

Ideología de género: fabuloso sistema basado en el principio legionario de que “cada cual será lo que quiera” con independencia de su sexo de origen, y que muestra especial aversión a los machirulos.

Machirulo: sujeto despreciable por su inequívoca y grosera heterosexualidad.

Indigenismo: admiración por las culturas precolombinas caracterizadas por prácticas tan ecológicas como el canibalismo y los sacrificios humanos.

Antifascismo: espíritu solidario y comprensivo con quienes actúan violentamente contra los opositores al progresismo.