Devolvamos la Giralda

Devolvamos la Giralda

El señor Ernest Urtasun, paradójicamente actual ministro de Cultura, ha emprendido una muy progre campaña para “descolonizar los museos nacionales”, bueno así no, lo dijo con esa retórica hueca de los políticos de su cuerda: “Establecer espacios de diálogo e intercambio para superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas, que han lastrado muchas veces la visión del patrimonio e historia. El objetivo es visibilizar las comunidades y la memoria de los pueblos de los que proceden los bienes expuestos”, y se quedó el tío tan ancho.

Bien, pues siguiendo esa visión progresista del actual ministro podríamos plantearnos desmontar la Giralda piedra a piedra y devolverla a los que la construyeron, las tribus almohades del norte de África, o bien a sus sucesores, el actual reino de Marruecos, tan amigo de nuestro presidente. Eso sí, teniendo buen cuidado de preservar las losas romanas de su base para incorporarlas a todo el conjunto de monumentos que habrá que ir devolviendo a Italia: mosaicos, esculturas, el anfiteatro de Itálica, el acueducto de Segovia, etcétera. El problema es que en esos casos nosotros fuimos los colonizados e invadidos, vaya por Dios, que complicación, nos los quedamos entonces, ya que fuimos el pueblo oprimido.

El ministro, que por cierto estudió Economía en la Universidad Autónoma de Barcelona, aúna dos características muy favorables en la España actual, ser catalán de cuna y tener orígenes navarros (o sea, según la nueva tendencia, vascos). De hecho su apellido toma, desde su origen en el siglo XIII, el topónimo de la localidad Urtasun del Reino de Navarra. Un detalle, su abuelo paterno, Jesús Urtasun Sarasíbar, fue un destacado falangista navarro, que luchó, como cientos de sus paisanos bien en las banderas falangistas bien en los tercios de requetés, en el bando nacional (franquista) durante la Guerra Civil, al que Franco mismo le impuso la Medalla de Sufrimiento por la Patria y una pensión vitalicia.

Pero se ve que al nieto eso del abuelo falangista no le hará mucha gracia y él se ha significado desde jovencito en formaciones comunistas, siendo la más significativa una de esas marcas verdes con la que ahora se blanquean los rojos (no me he podido resistir a la gracia cromática): Iniciativa per Catalunya Verds. Recientemente se apuntó al carro de Sumar junto a Yolanda Díaz, y miren ustedes, no le ha salido mal la jugada.

En fin, qué quieren que les diga, si hay que ponerse a devolver obras de arte a países que cuando esas obras llegaron a España ni siquiera existían (pongan aquí todos los países hispanoamericanos que gusten) no estaría mal que el Ministerio también se preocupara de solicitar a los que expoliaron obras de arte españolas que comenzaran a devolvérnoslas.

Y podrían empezar por las que se llevó para mayor gloria de Napoleón, tan de moda por la reciente y mediocre película de Ridley Scott, el general Soult, dirigente militar de las tropas imperiales en la Guerra de la Independencia Española, que aprovechó sus campañas militares por España para arramplar con todo cuadro que le pareciera bien. Especialmente significativo fue su saqueo artístico en Sevilla, donde llegó a almacenar más de mil obras en el Alcázar para engrosar buena parte de la colección española del Museo del Louvre, muchas de ellas repartidas por museos y colecciones privadas de todo el mundo en la actualidad.

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