Cae otra banda que utilizaba un helicóptero para traficar con hachís

La Guardia Civil detiene a seis personas y se incauta de 704 kilos de droga. La aeronave, la tercera incautada en poco más de un año en Sevilla, estaba oculta en un pajar de Utrera.

Cae otra banda que utilizaba un helicóptero para traficar con hachís
Cae otra banda que utilizaba un helicóptero para traficar con hachís
Fernando Pérez Ávila

21 de marzo 2014 - 11:46

La Guardia Civil ha desmantelado una banda de narcotraficantes que utilizaba un helicóptero para introducir hachís en España desde Marruecos. En esta operación, denominada Focos, han sido detenidas seis personas y se han intervenido 704 kilos de esta droga, según informó ayer la Guardia Civil en una nota de prensa. En poco más de un año, las Fuerzas de Seguridad del Estado se han incautado en la provincia de Sevilla de tres helicópteros que estaban siendo empleados para el transporte de estupefacientes desde el norte de África. Esta nueva operación de la Guardia Civil confirma la tendencia iniciada a finales de la década pasada: el río Guadalquivir, fuertemente vigilado, ha dejado de ser la puerta de entrada del hachís en Europa y ahora la gran mayoría de la droga entra por vía aérea.

El helicóptero intervenido en la operación Focos era un aparato robado fuera de España, cuya procedencia está siendo investigada ahora por la Guardia Civil. El robo de aeronaves es otra de las prácticas habituales de los clanes que controlan el hachís. El pasado mes de octubre, en Dos Hermanas, la Policía y la Guardia Civil descubrieron otro helicóptero dispuesto para el transporte de droga que se había sustraído meses atrás en Córdoba.

La operación se inició en diciembre, cuando un patrullero de la Guardia Civil detectó un vehículo todoterreno circulando con las luces apagadas en una zona de cultivo entre Las Cabezas de San Juan y Los Palacios. El todoterreno estaba realizando funciones de aguardo, término con el que se conoce en el argot policial a la espera para realizar un trasvase de droga.

Al rato apareció, volando a muy baja altura y con las luces apagadas, un helicóptero pintado de negro mate. El aparato llegó hasta el coche, que le hizo señales con ráfagas de luz. El helicóptero aterrizó y, con el motor en marcha, varias personas comenzaron a descargar fardos de la aeronave para meterla en el todoterreno. En pocos minutos vaciaron el helicóptero, que despegó de nuevo.

La patrulla de la Guardia Civil siguió al todoterreno, cuyo conductor intentó darse a la fuga al percatarse de la presencia de los agentes. Se inició una persecución que terminó en un camino próximo, donde los guardias interceptaron el coche y detuvieron a su conductor. En el interior del mismo había 22 bultos envueltos en sacos de arpillera que contenían 704 kilos de hachís. El coche, un Mercedes de alta gama, figuraba como sustraído y se le habían cambiado las placas de matrícula.

A raíz de este alijo, la Guardia Civil inició una investigación para tratar de localizar la aeronave y detener al resto de miembros de la banda. Tras cuatro meses de pesquisas, los agentes encontraron el helicóptero oculto en un pajar de una finca de Utrera. La parcela reunía todas las características de un buen escondite, ya que se encontraba alejada del casco urbano del municipio y únicamente se podía acceder a ella por un camino en malas condiciones y sin apenas tránsito de personas. Además, el acceso estaba siempre vigilado por los integrantes de la red.

El helicóptero estaba oculto en un cobertizo. Para camuflarlo aún más, estaba cubierto por un cargamento de paja. Otras cinco personas fueron detenidas en esta segunda fase de la operación. De los seis arrestados en total, cuatro son sevillanos y dos sudamericanos. Los vuelos se realizaban por la noche, sin que ninguno de ellos se declarara ni hubiera plan de vuelo conocido, despegando y aterrizando en lugares de difícil acceso. El helicóptero de esta banda era algo más grande que el de otras organizaciones desmanteladas meses atrás por la Guardia Civil, que sólo podían cargar entre 300 y 400 kilos.

La estrecha vigilancia del río Guadalquivir, donde se colocó hace años una extensión del Servicio de Vigilancia Integrada Exterior (SIVE) ha llevado a las mafias de la droga a utilizar los helicópteros y las avionetas para traer el hachís a España. Los helicópteros pueden aterrizar prácticamente en cualquier parte, mientras que las avionetas lo hacen en pistas clandestinas. Son más difíciles de perseguir pero cargan menos droga que las lanchas planeadoras. En los últimos dos años ha habido un accidente con tres muertos de un helicóptero en Lebrija, una persecución aérea desde Algeciras hasta Pilas y otro aparato encontrado en una nave de Dos Hermanas. El robo de aeronaves es otra de las prácticas delictivas que está cobrando protagonismo en los últimos años.

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