'Cangrejeando' al frente
Isla mayor
La localidad marismeña desarrolla con buenos resultados los aspectos que dieron lugar a su fundación como pueblo. El arroz y el cangrejo de río se alzan como principales motores de un pueblo que aprovecha su situación y los recursos del entorno. El turismo ornitológico y gastronómico, reclamos por consolidar.
Hoy nos ocupa, en nuestro semanal viaje por la provincia, uno de los municipios más jóvenes del territorio sevillano, nacido como núcleo poblacional estable a finales de la década de los cuarenta y desarrollado al son de la explotación de las marismas del Guadalquivir, al cultivo del arroz y labores de pesca. Isla Mayor, históricamente conocida como El Puntal, tomó en 1953 el nombre de Villafranco del Guadalquivir, en honor al dictador que la visitara allá por los cincuenta. Desde los albores del nuevo milenio, año 2000, adquiere, según consulta vecinal, el topónimo que hoy figura, mudado poco tiempo después de su emancipación como pueblo independiente de La Puebla del Río, en 1994.
Hoy día, Isla Mayor es un pueblo que continúa siendo económicamente dependiente de los motores que dieron origen a su nacimiento, el cultivo de arroz y la pesca de especies de la zona. Aspectos que no obstante, han evolucionado hasta límites que llevan a esta localidad a convertirse en una referencia de ambos a niveles Europeos, y en los primeros escalafones mundiales. Actualmente es el primer productor nacional de arroz en superficie y rendimiento, superando, según campañas, los 10.000 kilos por hectárea, con una superficie de cultivo de más de 25.000 hectáreas de arroz en el margen derecho del Gualdalquivir, además de operar en el pueblo la cooperativa de arroz más grande de Europa, Arrozúa, que mueve unas 120.000 toneladas de este cereal al año.
Pero es quizás, más llamativo y menos conocido, el extraordinario auge de la industria cangrejera, del cangrejo rojo de río o cangrejo de las marismas, científicamente conocido como Procambarus clarkii. Especie que es capturada de forma tradicional desde hace cuatro décadas, pero que ha sido en los últimos años cuando se ha desarrollado una potente industria transformadora y comercializadora de este exquisito manjar.
Pebagua es la asociación de productores locales, formada por la empresas Alfocan, Emfacar, Pescacial y Seafood Sevilla, todas dedicadas a elaborar y comercializar diversos productos de la pesca continental, cuyo punto en común es su ubicación en el municipio y el procesado del cangrejo rojo de río como materia prima para la elaboración de platos precocinados destinados a la alimentación. Valentín Murillo, su presidente, resume los datos que dan fama y relevancia mundial al cangrejo sevillano. "En 2013 procesamos más de 4.500 toneladas de cangrejo, 3.000 de ellas con origen en Andalucía". De aquí se desprende que estas empresas no sólo comercializan el cangrejo capturado en las marismas del Guadalquivir, además también reciben género de otros puntos del territorio nacional, además de Portugal. Fruto de lo cual, el municipio cuenta con un modelo de negocio potente, que en 2013 dio casi 51.000 jornales de trabajo, según los datos del informe de Pebagua. "Se trata de un producto que en su gran mayoría sale fuera. El 87% del total se exporta, principalmente a Estados Unidos, Francia, Alemania u Holanda, y otros países europeos", añade Murillo. Sólo el cangrejo de río generó en 2013 más de 17 millones de euros de cifra de ventas entre las empresas de Isla Mayor, provocando una plantilla global de 139 trabajadores y 419 pescadores. Un auténtico bastión económico para este municipio enclavado en mitad de la llanura marismeña y rodeado por canales y vastas extensiones de arroz.
Precisamente, en estos territorios, canales y zonas inundadas del arroz, moran los protagonistas de la historia. Cangrejos, muy valorados en dietas de otros países y que los pescadores de Isla Mayor capturan como vital fuente de empleo. La especie, originaria de la estadounidense Louisiana, se introdujo en el territorio en 1974, en una finca de la zona. Al poco tiempo, algunos ejemplares consiguieron huir de la finca y rápidamente se dispersaron por toda la marisma y el arroz, adaptándose de forma excepcional a la demarcación. Desde aquí ha colonizado, ayudado por el hombre, muchas aguas continentales de la península, pero sólo Isla Mayor dispone de permiso para su pesca en el territorio nacional.
Antonio Valdepérez, El Pipa, lleva cuarenta años pescándolos. Aunque ya jubilado, ha sido uno de los pescadores que cada día, durante la temporada de capturas, llevaba el género a las grandes fábricas del municipio. Actualmente enseña el oficio a sus nietos y ayuda a su hijo, que recurren a esta práctica como opción laboral. "Si pudiéramos pescar en otras zonas además de Isla Mayor, como hacíamos antes, habría trabajo durante todo el año. Por ejemplo, en el Corredor Verde o en los pantanos", nos cuenta resignado. La jornada laboral del pescador se inicia a las seis de la mañana. "Lo primero es repasar las nasas colocadas el día anterior en el arroz". Cada pescador puede llegar a colocar hasta 200 de estas redes, "pero yo nunca he puesto más de 150", puntualiza. Durante todo el día, en una jornada laboral maratoniana, retiran todos los cangrejos capturados en sus nasas. "En la época buena del cangrejo, entre los meses de junio y septiembre, las nasas se quedan puestas permanentemente, se suelen coger unos 150 kilos al día". Posteriormente, los pescadores llevan la captura diaria hasta la fábrica, donde se criba y se pesa.
Como Antonio, y su familia, son cientas las que viven en la localidad gracias al impulso de este sector, único en la provincia y en todo el panorama nacional. Y que ha surgido como solución a dos problemas, la masiva dependencia del cultivo de arroz y los daños que esta especie introducida causaban en las infraestructuras agrícolas cercanas a los canales. Este es el rompecabezas con solución de los cangrejos de Isla Mayor, análisis DAFO en la marisma: convertir la debilidad en una gran oportunidad.
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