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Las Cruces comienza a producir cobre pendiente del plan de aguas

  • La empresa confía en llegar a las 23.000 toneladas y los 69 millones de facturación este mismo año · Insiste en la viabilidad de la propuesta de reinyectar el agua extraída al acuífero sin pérdidas y potabilizada

El consejero delegado de Cobre Las Cruces, François Fleury, precisó ayer hasta la hora exacta -las seis y media de la tarde del martes- en la que se extrajo la primera roca con mineral y se inició la producción en la planta levantada entre los términos de Gerena, Guillena y Salteras. Han pasado 26 días desde que se reanudaran las excavaciones en la corta, después de un año paradas, y las primeras planchas o cátodos de cobre que se comercializarán estarán listos la semana que viene.

Echa andar así un proyecto que se gesta desde 1992, cuando comenzaron las prospecciones, y en el que sólo en la fase de estudios se han invertido 70 millones de euros, otros 500 en la de construcción. De la planta saldrán hasta 72.000 toneladas de cobre al año -el 25% de la demanda nacional, aunque en 2009 serán sólo algo más de 23.000- durante los 15 años que durará un yacimiento de excepcional pureza: el mineral tiene un 6,2% de cobre de media, cuando es rentable para la explotación desde el 0,5%.

Pero el hito de la puesta en marcha está pendiente de que la Agencia Andaluza del Agua, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, apruebe el Plan de Garantías Adicionales para la Gestión del Agua, conocido como plan global y que afecta sobre todo al tratamiento del acuífero Niebla-Posadas, cuyo cauce está por encima del mineral y debe salvarse para llegar al mismo y evitar que inunde la corta, extrayéndolo antes de la mina y devolviéndolo aguas abajo en lo que se conoce como sistema de drenaje-reinyección (SDR). La empresa elaboró el documento adicional a raíz de que la CHG, entonces competente, ordenara en abril de 2008 parar la extracción tras detectar reducción de agua en algunas fuentes, extracciones no autorizadas y contaminación, cuando la condición era que no se alterara el equilibro de un acuífero que es estratégico para Sevilla.

Cobre Las Cruces reconoció ayer que, mientras no tenga ese permiso -que Ecologistas en Acción rechaza porque considera que modifica las condiciones iniciales del proyecto y cree que la Junta podría caer en fraude de ley si lo avala- no podrán trabajar al cien por cien. Aunque no se pone en otro escenario que no sea una autorización y en un plazo que no irá más allá de un mes. También sigue su curso en los juzgados la denuncia de Ecologistas y la Fiscalía por la supuesta contaminación con metales de esas aguas, que Cobre Las Cruces niega y dice que así lo demostrará.

Según recordó Juan Carlos Baquero, director de la gestión de aguas de la explotación, sólo el plan global supondrá un desembolso de 28 millones adicionales y prevé, entre otras actuaciones, la construcción de una planta que permitirá tratar el 100% de las aguas que se extraen antes de reinyectarlas entre 800 metros y dos kilómetros después. Ese agua, "que antes contenía arsénico y otros metales de forma natural", se podría incluso beber antes de volver al subsuelo, insistió.

Ello supone un cambio con respecto al proyecto inicial, en el que la reinyección se iba a hacer sin tratar y en puntos donde el agua tiene una composición similar, algo que se ha visto inviable. Con la nueva planta potabilizadora por ósmosis inversa que habrá que construir se podrán tratar entre 160 y 180 litros por segundo. Ahora, con dos plantas menores funcionando junto a la mina, no se pasa de los 90 litros por segundo. En este proceso -admitió Baquero- se perderá alguna cantidad, entre un 5% y un 10% del agua, aunque se garantiza el balance cero en pérdida neta por extracción, ya que se compensará inyectado otra comprando los derechos a agricultores de la zona. Tienen comprometidos 1,1 millones de metros cúbicos al año.

Baquero también dejó claro que el agua del acuífero no se usará para tratar el material. Ésta procede de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de San Jerómino durante los seis meses invernales y se almacena para el resto del año. El excedente se verterá, tratado, al Guadalquivir.

Las preguntas sobre el tratamiento de agua centraron una visita de los medios de comunicación a la planta ya en funcionamiento en la que, además del consejero delegado y el responsable del sistema de aguas participaron el director de la planta, Enrique Delgado, y el de recursos humanos, Juan Román, quienes insistieron en que esta explotación minera es la mayor inversión privada en Sevilla en los últimos años. La planta -en la que el cobre se consigue sin función sino con un sistema químico conocido como lixiviación, pionero en Europa- ha tenido, no obstante, un importante respaldo de las administraciones públicas, con cerca de 53 millones en ayudas.

Será la segunda mayor en producción de toda Europa y se estima que, con un precio medio del cobre de 4.000 dólares tonelada, facturará de media 225 millones al año. Este año, que está a la mitad, podría ser de hasta 69. Los responsables de Cobre Las Cruces (participada en un 70% por la multinacional sueca Inmet Mining Corporation, especializada en extracción de cobre, zinc y oro y en un 30% por Leucadia National Corporation) hicieron hincapié además en los más de 30 millones en avales depositados que, por primera vez, incluyen uno de carácter social por cinco millones. Los seguros de responsabilidad civil son otros 30.

En cuanto al tratamiento del material que se extraerá de la corta, Baquero explicó que hay tres tratamientos diferentes, sin que exista balsa de residuos. Las margas, la arcilla que cubre el mineral, se depositará en escombreras, con las que se formarán pequeñas colinas integrándolas en el paisaje y que se devolverán a los propietarios de terreno que podrán incluso cultivar. El resto de estériles se encapsulará con barreras artificiales y margas, siempre en seco.

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