Desembarco en febrero
El primer destructor del escudo antimisiles de Rota llega en 20 días.
Cuatro buques destructores y 1.200 efectivos, acompañados de sus familias, conforman el despliegue del escudo antimisiles de la base de Rota y que supone reverdecer la relación entre esta localidad de Cádiz y la Armada de Estados Unidos tras años de distanciamiento que habían dejado estas instalaciones cerca de la insignificancia estratégica para el coloso militar americano. El embajador de Barack Obama en Madrid, James Costos, declaraba en una reciente visita a Rota cargada de buenas intenciones y que conmemoraba los 60 años de presencia norteamericana en España que "las bases tienen que dejar beneficios a la comunidad". Esto es lo que se va a comprobar a partir de ahora. El próximo 11 de febrero atracará el primero de los cuatro destructores, el Donald Cook, cumpliéndose los plazos que había prometido Costos. El segundo buque llegará en junio y los otros dos lo harán a lo largo de 2015. Para acoger este desembarco ha sido necesario ampliar el puerto y remodelar los edificios que albergarán al estado mayor del escuadrón.
Las previsiones más optimistas tras el acuerdo alcanzado por José Luis Rodríguez Zapatero ante los mandos de la OTAN eran que esta coraza defensiva supondría mil puestos de trabajo para la Bahía de Cádiz y una inyección para una de las zonas de la región más castigadas por el desempleo de 70 millones de euros. A esto habría que añadir una importante carga de trabajo en tareas de mantenimiento para los Astilleros de Navantia a lo largo de los próximos cuatro años, lo que el propio Costos cifró en 160 millones, si bien Estados Unidos no ha dicho en qué instalaciones de Navantia se realizarían estas reparaciones.
Sin embargo, en Rota son cautos. El número de trabajadores españoles en las bases de Rota y Morón es actualmente de 960 tras sucesivas reducciones de plantilla. El comité de empresa de la Base de Rota se conforma con que se mantenga el empleo y no tiene muchas esperanzas de que se vaya a producir creación de puestos de trabajo directos. Es algo que reconoce hasta el propio almirante jefe de la Base, Cristóbal González-Aller: "El empleo que se cree, en un principio, será indirecto", ha manifestado.
Otra cosa es la riqueza que puedan generar los 9.000 nuevos habitantes -esa es la estimación que se hizo cuando se firmó el acuerdo del escudo antimisiles- de la base. La alcaldesa de Rota, Eva Corrales, considera que el empuje económico para la localidad puede estar en el alquiler de viviendas dentro del pueblo, tal y como fue en los años dorados de la presencia norteamericana, y el consumo que se pueda generar, lo que, en buena lógica, se traduciría en la creación de negocios.
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