La convivencia en las aulas

Educación cuestiona la "calidad" de un docente tras ser agredido por un alumno en Burguillos

Acceso principal del IES Burguillos.

Acceso principal del IES Burguillos. / D. S.

Indignación. Con esta palabra puede resumirse la reacción del profesorado del IES Burguillos, perteneciente a la localidad sevillana del mismo nombre, por la actuación de la Consejería de Educación y Deporte ante la agresión a un docente por parte de un alumno del centro el pasado otoño. Lejos de trasladar al menor a otro instituto, como así lo solicitó la comisión de convivencia, el joven continúa en sus aulas, a lo que hay que sumar la postura del Servicio de Inspección, que, según el claustro, no ha respaldado a la víctima, sino que, muy al contrario, ha cuestionado su profesionalidad

La convivencia pacífica en las aulas sigue resultando difícil en muchos centros. El caso más reciente ha sido el del IES Azahar, en la capital andaluza, donde un alumno de 14 años fue detenido tras pegar un puñetazo a una profesora. Pero en la provincia existen más casos que, sin llegar a ese extremo, también complican el desarrollo de la actividad docente. 

Es lo que ocurre en el IES Burguillos, donde el profesor de Matemáticas Manuel Recio fue zarandeado por un alumno de FP Básica el 3 de noviembre del año pasado. Al finalizar la clase, el menor de 15 años se levantó y chocó su cuerpo con el del docente, hasta el punto de que se le desprendieron las gafas. El profesor le pidió explicaciones por ese ataque y el estudiante, lejos de deponer su actitud, lo agarró por los antebrazos y lo zarandeó mientras le decía: "Es que siempre estás por medio". 

No lo denunció a la Policía

El vicedirector del centro se llevó a este alumno y la directora ofreció a Recio acudir al ambulatorio, opción que el profesor declinó al comprobar que no sufría ninguna lesión. Tampoco presentó denuncia en la Policía, como sí hizo la profesora del IES Azahar. Tras este hecho, el instituto, siguiendo las medidas establecidas en su plan de convivencia, abrió el protocolo de actuación para estos casos, que concluyó con la decisión de que el alumno debía ser trasladado de centro. Dicha sanción la refrendó el equipo directivo del IES Burguillos y la comisión de convivencia del consejo escolar. 

Debe tenerse en cuenta que este menor ya contaba con un expediente repleto de actos que atentan contra la convivencia en el aula. Había sido expulsado por "injuria" a una compañera y por conductas contrarias a las normas de clase. A ello se añadía que había asistido al instituto con poca regularidad y que acumulaba faltas injustificadas a primera hora de la jornada lectiva. El curso anterior había recibido ayuda especial a través del programa para la mejora del aprendizaje y del rendimiento (PMAR). 

La sorpresa del equipo directivo del IES Burguillos y del claustro de profesores se produjo cuando la Delegación territorial de Educación "paralizó" la solicitud del traslado del menor el 16 de noviembre. Pocas semanas después, el estudiante, que llevaba un mes expulsado, volvió al centro. A ello se sumó otro agravante: la visita que realizó al instituto la inspectora de zona a mediados de diciembre, cuando se reunió con el docente agredido. 

La visita de la inspectora

"La inspectora no se interesó por cómo me encontraba, pese a tener constancia del ataque sufrido, sino que se puso a preguntar cuestiones personales y profesionales en mitad de la clase", refiere Recio. Para el claustro, esta actitud denota "una nula correspondencia entre los hechos y la actuación de la Inspección". "Un profesor es agredido en clase y, como medida de supervisión, se decide examinar la calidad de su desempeño educativo. Es decir, ante una flagrante vulneración de sus derechos laborales, la respuesta consiste en poner en duda su capacidad pedagógica", lamentan los profesores, que advierten de "una escandalosa inversión de la carga de la prueba"

"Durante más de un mes, el silencio fue toda la respuesta que obtuvo nuestro compañero. La inspectora se presentó no para mostrarle su apoyo y brindarle ayuda, sino para exigirle pruebas que determinaran su competencia profesional", aseguran los docentes del IES Burguillos, que exigen la tramitación inmediata del expediente para el cambio de centro del alumno y que se aporten explicaciones por el retraso de la Inspección en actuar en esta agresión y los motivos para cuestionar el desempeño docente de Manuel Recio. 

El alumno no ha cambiado su actitud tras su reincorporación. Todo lo contrario. Según declaró Recio a este periódico, el menor le sigue provocando cuando se encuentran por los pasillos del instituto, motivo por el cual el profesor ha pedido que lo cambien de clase para no coincidir con él. "No estoy cómodo en esta situación, me puede pasar cualquier cosa", alerta este docente, que, como sus compañeros, califican de "disparate" la situación que se vive en este centro de enseñanzas medias.