La Policía Nacional está investigando si el cadáver encontrado la noche del sábado en el interior de un coche es el de Joaquín Gómez Borrallo, un hombre de 62 años que desapareció en Sevilla capital el pasado martes 5 de julio. El vehículo en el que se encontró el cuerpo, un Seat Ibiza de color burdeos, es propiedad de este hombre. El coche quedó completamente calcinado después de que alguien le prendiera fuego, por lo que las tareas de identificación del cuerpo podrían demorarse varios días. El cadáver se encontraba en el maletero del vehículo y estaba prácticamente carbonizado. Las pruebas de ADN tendrán que confirmar si se trata del propietario del coche o de otra persona.

El Grupo de Homicidios de Sevilla se ha hecho cargo de la investigación del caso. La autopsia será clave para saber cómo fue la muerte. A la hora de cierre de esta edición no se descarta ninguna teoría, si bien la del suicidio tiene menos fuerza que otras por la forma en la que apareció el cadáver. Es muy infrecuente que alguien se quite la vida metiéndose en el maletero de su coche y prendiéndole fuego al mismo. Una de las incógnitas que los forenses tendrán que descifrar es cuál fue la causa de la defunción y si ésta pudo producirse en otro lugar y que alguien llevara el coche con el cadáver dentro hasta un descampado de Alcalá de Guadaíra. Igualmente, se investiga si la muerte se produjo varios días antes de que fuera encontrado el cuerpo.

El coche fue hallado en llamas en una zona de difícil acceso en las inmediaciones de la venta la Liebre, junto a la barriada del mismo nombre, una de las más cercanas a Sevilla capital. Los Bomberos recibieron una llamada alertando de que había un coche ardiendo y, al extinguir el incendio, comprobaron que en el interior había un cuerpo. Lo único que se pudo saber entonces fue que se trataba de un varón.

Mientras prosiguen las labores de identificación del cadáver, el juzgado encargado del caso ha decretado el secreto de sumario. La Policía investiga la desaparición de Joaquín Gómez Borrallo, que falta de su casa, ubicada en el barrio sevillano de Rochelambert, desde el 5 de julio. Ese día salió de su domicilio con su coche y ya no regresó a la hora de comer. Gómez Borrallo atravesaba una profunda depresión y se encontraba de baja en su trabajo como gestor autónomo. Según explicó entonces su hijo a Europa Press, hace dos meses se le habían frustrado algunas expectativas laborales, a lo que se unió un reciente robo que sufrió hace dos semanas. Desde entonces sus dos teléfonos están apagados o fuera de cobertura. Gómez Borrallo mide 1,67 metros y pesa 55 kilos. El día que desapareció, vestía un pantalón verde y una camisa clara.