Jaén

La cara y la cruz de Jaén

  • Todo apunta a que apenas si habrá 122.000 toneladas de aceite, un 10 o un 15% de la anterior cosecha. La provincia cerró el año con 346 EREs, un 55,8% más que en 2011, afectando a un total de 2.345 trabajadores.

Ana Sola

Periodista

El olivar sigue siendo la cara y la cruz de la provincia de Jaén. Su característico mar de olivos, del que continúa dependiendo económicamente, no sólo no ha podido convertirse en 2012 en refugio de gran parte del casi 40% de paro de la provincia, sino que además las fuerzas de la naturaleza y el desgaste natural del árbol se unieron para darle la puntilla.

Cuando comenzó el año, en medio de la recogida de otra cosecha récord, con 677.000 toneladas de aceite sólo en la provincia de Jaén, las trincheras se situaban en el precio y en los altos costes de producción que hacían no rentables al 90 por cien de las explotaciones, si se les restaba el pago único, es decir sin ayudas. Tres años de pérdidas para los olivareros que veían como las grandes producciones no se compensaban con un precio justo.

Había quien avisaba ya de que en algún momento la producción tendría que bajar, pero es difícil adivinar si entonces los más pesimistas soñaban con la campaña 2012-2013.

Hasta el aforo de la Junta de Andalucía, que preveía 170.000 toneladas de aceite, una reducción de cosecha del 75 por cien para la provincia de Jaén, se quedó corto, y a falta de datos finales todo apunta a que apenas si habrá 122.000 toneladas, un 10 o un 15% de la anterior cosecha.

La falta de lluvia, una floración temprana que después se vio afectada por el frío, y el agotamiento del olivo, son las causas de una fatídica cosecha que tendrá su repercusión en los próximos dos años.  

Años en los que además, las organizaciones agrarias hablan de que faltará aceite y que será solo a través del precio como se regule el mercado. Todo en medio de la negociación de la reforma de la Política Agraria Común, que no apunta muy bien para el campo jiennense.

La cruz y la cara de una provincia, que ve como en los últimos años sus aceites picuales son reconocidos no solo en prestigiosos premios nacionales, sino también internacionales. Aceites que buscan la calidad, la originalidad en sus envases, o la exclusividad del producto. Castillo de Canena, Galgón 99 con su Oro Bailén, Potosí 10, Aceites Melgarejo o Aceites San Antonio, son solo algunas de las empresas reconocidas.

Cada vez son más, y esperan marcar tendencia, pero aún son muchas las cooperativas que tienen como asignatura pendiente la concentración de una oferta, no solo para producir con mayor calidad y menores costes de producción, sino para poder coger la fuerza suficiente que les permita mirar cara a cara a los distribuidores que marcan el precio.

 Y no sólo de aceite vive el hombre, aunque alguna vez lo parezca en esta provincia. No han sido meses muy halagüeños para el sector empresarial. Santana Motor cerrada en 2011 sigue dando coletazos, esperando que se solucionen tanto las más de 800 prejubilaciones, como las recolocaciones y el tan esperado Plan de Reindustrialización de la comarca, firmado y rubricado por cuatro consejeros el día en el que se dio por "finiquitado" medio siglo de la historia automovilística no solo de Linares o Jaén, sino también de Andalucía.

Peor lo tienen los extrabajadores de Primayor, la antigua Cárnicas Molina, que el 23 de noviembre cumplieron quinientos días acampados ante la Delegación de la Junta de Andalucía en Jaén para exigir a la Administración autonómica que cumpliera con sus compromisos de recolocación.

Lejos quedó el último anuncio que renovaba sus esperanzas, el de la empresa Fast-Trading, que en enero de 2012 aseguraba que tenía previsto contratar a 25 extrabajadores para su nuevo proyecto empresarial; una fábrica de producción de pan precocido ultracongelado, en Geolit, el Parque Científico y Tecnológico del Aceite en Mengíbar.

Una crisis que no es nueva. Se remonta a 2007, tres años después de que Primayor comprara a Campofrío la sociedad Cárnicas Molina, que a su vez se había creado en 1999 con la compra de los activos de Hijos de Andrés Molina (HAMSA). Tras el concurso de acreedores y el cierre de Primayor en 2008, la Junta se comprometió a recolocar a estos trabajadores en los proyectos de Dhul y Proasego, paralizados, al igual que otros proyectos anunciados durante 2011.

Pero lo de estas dos empresas no es un caso aislado. La provincia cerró el año con 346 EREs, un 55,8% más que en 2011. Afectando a un total de 2.345 trabajadores.

Pero también hay datos buenos de empresas, como Liderkit Group de Guarromán, dedicada a la fabricación de carrocerías para vehículos que son distribuidos en forma de kit para montar, y que en 2012 consiguió la ejecución de proyectos para fabricar y distribuir entre 100 y 150 furgones a Túnez, y alrededor de 230 furgones a Rumanía y Ecuador. Además de desarrollar un nuevo vehículo especial, con techo móvil, destinado al transporte de oxígeno medicinal y poder acceder a lugares de difícil acceso.

Cara y cruz de la provincia, cuya capital fue noticia a principios de años por ser el tercer Ayuntamiento más endeudado de España con 430 millones de euros, después de los de Madrid y Jerez.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios