Provincias

La llegada del bicentenario

José Antonio  Hidalgo

El año 2011 comenzó con la organización del Bicentenario de la Constitución de 1812 mayoritariamente en manos del PSOE y concluyó con el poder absoluto del Partido Popular, controlando todas las instituciones implicadas en esta conmemoración. Las dos elecciones, las municipales y las generales, celebradas en mayo y noviembre dieron a los populares mayorías absolutas en todas las administraciones. El PSOE, de esta forma, quedaba descabalgado del evento. Manuel Chaves y Francisco Menacho dieron paso a Soraya Sáenz de Santamaría y a José Luis Ayllón, al frente de la Comisión Nacional y del Consorcio del Bicentenario.

Se rompía de esta forma una bicefalia que venía protagonizando, con más choques de los debidos y deseados, la organización del evento. Sólo la buena voluntad de la alcaldesa gaditana, Teófila Martínez, y del durante unos meses presidente del Consorcio, el consejero de la Junta Francisco Menacho, permitieron acumular importantes avances en la elaboración de una programación consensuada, evitando de esta forma que la conmemoración del Bicentenario se convirtiera en un auténtico fiasco, tal y como se temía hace apenas unos meses.

Lo cierto es que más allá de los enfrentamientos políticos de la primera etapa de la organización, lo que ha afectado en verdad a la planificación del Doce ha sido la crisis económica y la entrada de la economía española en recesión. El grifo de la inversión pública se cerró sin dar tiempo a concretar un programa de actividades ambicioso hasta el punto que por el camino se han quedado exposiciones de tal calado como las que iban a contar al visitante cómo era el Cádiz de 1812. Lo habitual en los libros de caballerías hasta entonces era que la acción importaba más que los personajes.

Éstos eran traídos y llevados a antojo, dependiendo de la trama (ficciones de primer grado). Los hechos, sin embargo, se presentan poco entrelazados entre sí. Están encajados en una estructura poco homogénea, abigarrada y variada, típicamente manierista, en la que pueden reconocerse entremeses apenas adaptados, novelas ejemplares insertadas, discursos, poemas, etc.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios