Betis

La sensación de ser un equipo

  • La celebración del gol en los jugadores y Pellegrini, una muestra de unión, hambre y fe

  • Tello, premio merecido 

  • Cordón, con trabajo en el mercado

Los jugadores del Betis, con un Canales eufórico, celebran el triunfo en Mendizorroza tras el pitido final.

Los jugadores del Betis, con un Canales eufórico, celebran el triunfo en Mendizorroza tras el pitido final. / E.P.

Un aire distinto, eso se vislumbra en este Betis de Manuel Pellegrini en el que la palabra equipo, el colectivo, prima ante todo. Sólo bastó ver las imágenes de los futbolistas tras el gol de Tello, y con el pitido inicial, y al preparador chileno en la banda con los brazos en alto festejando el tanto de un futbolista muy querido por sus compañeros que no vivió una situación fácil el pasado curso, fruto de estar siempre en el punto de mira para salir de la entidad, y que logró levantarse con aquel gol del triunfo ante el Real Madrid, antes del confinamiento.

Ayer, el catalán fue clave de nuevo para darle a su equipo tres valiosos puntos en el arranque liguero. Un zapatazo con la zurda de un eléctrico Tello que por condiciones puede ofrecer mucho más de delantero que en la banda, y que, con confianza y el cariño que todo jugador necesita, puede seguir siendo una pieza aprovechable y muy valiosa en este Betis.

Un Betis que se ha grabado a fuego la palabra ganar. Y el primero en demostrarlo fue Pellegrini, con cambios ofensivos, quizás un pelín tarde, pero que demostraron la fe del chileno en la búsqueda de la victoria. El premio justo por pelear hasta el final, por haber gozado de más ocasiones claras que el rival y por tener más calidad individual que éste sobre el campo para ponerla al servicio de un colectivo bético en el que jugadores como Bravo, que estuvo muy bien de reflejos en un remate de Battaglia y pareció un quarterback sacando de portería con los pies; Guido, con un zapatazo al larguero y siempre muy implicado; y un Canales con mucha hambre de hacer cosas importantes este año, también destacaron, amén de otros aspectos positivos referentes al juego: parece que las complicaciones entre los centrales y el portero para sacar el balón jugado han desaparecido, los centrales dan un pelotazo para despejar la pelota sin problema, no hay posesión por posesión... ¡Bienvenido sea ese fútbol práctico y que ese estilo de posesión estéril desaparezca de Heliópolis para siempre!, aunque todavía hay algunos jugadores, como Joaquín, que estuvo bastante gris, que tienen vicios futbolísticos de antaño que deben eliminarlos si quieren lucir dentro de este Betis equilibrado y algo más sólido por el hecho de intentar robar la pelota en campo contrario y por jugar con un doble pivote que agradece la pareja de centrales. No obstante, sigue teniendo Pellegrini trabajo por delante, aunque siempre mejor ir construyendo un equipo con victorias que refuercen ese trabajo del técnico y el plantel.

Y trabajo también tiene Antonio Cordón. Más allá de las cuestiones económicas y del triunfo de ayer, las carencias volvieron a verse sobre el terreno de juego de Mendizorroza. Quedó claro la necesidad de los verdiblancos de encontrar un lateral zurdo que le haga competencia a Álex Moreno y que tenga buenas prestaciones defensivas, además de la necesidad de más físico y contundencia para el centro del campo y el eje de la defensa. Para el ataque volvió a quedar patente la importancia de Loren ante la oscura aportación de un Borja Iglesias que sigue peleando por revertir la situación del pasado curso. Aspectos importantes a pulir en un Betis en donde la palabra equipo se vislumbra en su máximo significado.

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