La derrota ante el Villarreal no abrió herida alguna en el Betis. Y si había alguna duda se encargó de despejarla en el Ciutat de València, un estadio en el que había encajado cuatro goles en cada una de sus tres últimas visitas. Esta vez el protagonismo ofensivo fue heliopolitano, con Fekir y William Carvalho aprovechando el nulo trabajo defensivo del Levante, y el Betis dejó una goleada más en el camino hacia Segunda del equipo granota.

Fue el Betis un equipo feliz en el patio del recreo. Allí casi nadie mira hacia atrás y todos quieren la pelota para apuntar a la portería contraria. En el fútbol profesional eso implica un duelo abierto y con alternativas, pero el equipo verdiblanco se sentía seguro en ese escenario. Su confianza está por las nubes y no le importó que el colista le llegase con facilidad a su área, sobre todo por los costados. Su pegada era más contundente y así lo demostró en cada momento clave del partido. E incluso la goleada debió ser mayor tras la superioridad numérica por la expulsión de Soldado, pero le faltó acierto a la segunda unidad para haber cerrado antes el duelo.

La pizarra del Betis.

No quería relajación Pellegrini y así lo transmitió en el once, con cambios para refrescar las energías pero manteniendo una columna vertebral reconocible –Rui Silva, Bartra, William Carvalho y Fekir–. Era su mensaje para que el Betis se pusiera en guardia ante el colista, aunque pronto quedaría claro que el partido tendría color verdiblanco.

Defensa

Salió el Betis con firmeza, con Bartra anticipando y sacando a la defensa arriba, pero con el paso de los minutos, el marcador a favor y la pérdida de tensión sin la pelota, los heliopolitanos facilitaron las penetraciones del Levante por las bandas, sobre todo con un inspirado De Frutos. Así llegaría la mayor parte del peligro granota, tanto en el primer acto como en la reanudación, con Álex Moreno y Bellerín concediendo demasiados centros.

Tampoco fue el mejor partido ni de los centrales ni del portero, lo que dejó siempre una sensación de fragilidad pese a la diferencia en el marcador.

Ataque

Aunque el Levante comenzó replegado y tratando de cerrar líneas, pronto quedó claro que al colista le costaba correr hacia atrás. Fekir y William Carvalho lo leyeron a la perfección para dejar encarrilado el partido con el 0-3, aunque la reacción posterior del Levante obligó a un esfuerzo añadido. Ahí emergió de nuevo la figura del francés para sentenciar el duelo con un golazo de falta directa.

Borja Iglesias falla una clara ocasión ante Cárdenas.

El conjunto bético incluso desperdició la posibilidad de sentenciar con el escaso acierto de Borja Iglesias, Diego Lainez, Guardado o Aitor Ruibal, egoísta cuando tenía a Willian José a su lado para marcar a puerta vacía.

Virtudes

La facilidad para hacer goles de mil maneras distintas. Es el Betis un equipo feliz y con la pelota lo demuestra.

Talón de Aquiles

Desconectó del trabajo sin balón y eso permitió que el Levante lo incomodase a base de centros.