Ludogorets - Betis | La crónica

El Betis ejecuta con la precisión de un cirujano (0-1)

  • Los verdiblancos confirman la primera posición en su grupo de la Liga Europa gracias a un gol de Fekir en la primera ocasión que se les presentó

  • El equipo de Pellegrini supo parar al Ludogorets en un mal terreno de juego y sólo las lesiones de Joaquín y Guido deslucieron el triunfo

  • Así hemos contado el partido

Fekir recibe la felicitación de Édgar y de varios futbolistas béticos tras su gol.

Fekir recibe la felicitación de Édgar y de varios futbolistas béticos tras su gol. / Vassil Donev (Efe)

El Betis ya es el primero del Grupo C de la Liga Europa y la escuadra de Manuel Pellegrini lo consigue incluso con una jornada de antelación. El gol de Fekir en el durísimo césped del Ludogorets Arena fue suficiente para celebrar, con motivo, que los verdiblancos tendrán una eliminatoria menos en esta competición y, por tanto, se ahorrarán dos esfuerzos dentro del apretado calendario por el Mundial invernal de Catar. Aunque no fue la mejor tarde de los béticos en lo referente al juego, una vez más ejecutaron su trabajo con la precisión de un cirujano.

Sí, porque este Betis ha aprendido a jugar con la dosificación de los esfuerzos necesaria para llegar al final de las temporadas con las fuerzas intactas. Los hombres de Pellegrini hicieron justo lo que tenían que hacer, meter la pelota dentro en una de las dos opciones que se le presentaron, la que le cayó a Fekir para que disparara casi con desgana y a pesar de ello con muchísima clase. La otra fue muy al final para Borja Iglesias, pero entre el portero y un defensa impidieron el segundo tanto.

Si no fuera por los problemas físicos que mostraron Joaquín, sobre todo, y Guido Rodríguez al abandonar el pésimo césped de los búlgaros, todo hubiera sido perfecto, incluso se puede recordar como el día del debut en el primer equipo de Enrique, un canterano que tiene muy buena pinta en las tareas más oscuras del juego, las posicionales del medio centro defensivo. Pero queda la duda sobre las dolencias que pudieran tener los dos hombres que tuvieron que marcharse de manera precipitada por sendas dolencias musculares y eso sí que no estaba en el guión de Pellegrini a la hora de diseñar el plan de juego.

Claro que viendo el estado de la hierba del coqueto Ludogorets Arena tampoco nadie se puede extrañar de que ocurrieran este tipo de cosas. Las dificultades para las frenadas, para agarrarse bien al campo para los giros, eran evidentes y el riesgo de lesiones se multiplicaba en progresión geométrica. También se incrementaba la posibilidad de que el juego no fuera preciso por parte de ninguno de los contendientes, sobre todo en el caso de un Betis que ya no está acostumbrado en la Liga española a encontrarse pastos así en los que resultan complicados los controles y que la pelota pueda circular con celeridad y precisión de un elemento a otro.

Eso ya se pudo ver desde los primeros minutos del choque y, lógicamente, el Ludogorets iba a ser el principal beneficiado de ello, aunque también hay que precisar que en el cuadro búlgaro hay dos o tres elementos con buen pie a la hora de manejarse con la pelota, particularmente el brasileño Cauly, que, como en la ida, volvió a dejar bastantes destellos de su calidad. En el minuto 3 llegaría el primer aviso de Rick a Claudio Bravo, Cauly insistió en el 6 y en el 15 los béticos se salvaron porque el propio Cauly no fue capaz de ponerle el pase a un Rick que llegaba en solitario por el otro costado.

El Betis, sin embargo, había sabido salir indemne de esas arremetidas iniciales en una tarde en la que Pellegrini, fiel a sus ideas, volvía a refrescar el equipo con nueve futbolistas que no fueron titulares contra el Atlético de Madrid el pasado domingo. Claudio Bravo, Aitor Ruibal, Édgar, Víctor Ruiz, Miranda, Paul, Canales, Joaquín y Willian José entraban en el once inicial para que sólo repitieran Guido Rodríguez y Rodri. Ni siquiera Fekir estaba en la partida, entre otras cosas porque el riesgo de lesión hubiera sido grande y tampoco merecía mucho la pena.

Con semejantes mimbres y la disposición táctica ajustada a lo que viene siendo habitual con la excepción de que los dos medios centro eran más defensivos que otras veces y eso provocaba que ambos estuvieran demasiado en línea y hubiera muchos metros entre ellos y la línea que trataba de conectar con Willian José, Claudio Bravo volvería a lucirse en el minuto 22 en una gran parada a Igor Thiago. El Betis no se sentía agobiado, pero sí pasaba por algunos apuros ante un Ludogorets que, lógicamente, notaba sus carencias técnicas a la hora de la definición ante el gol. El último susto antes del intermedio se produjo con otra llegada de Igor Thiago que fue salvada por Miranda (40’).

Joaquín protagoniza la única nota negativa al marcharse lesionado en la primera mitad. Joaquín protagoniza la única nota negativa al marcharse lesionado en la primera mitad.

Joaquín protagoniza la única nota negativa al marcharse lesionado en la primera mitad. / Vassil Donev (Efe)

Pellegrini, en ese tiempo de reflexión, debió pensar que la materialización de la clasificación como primero del grupo exigía algún esfuerzo más y por ello apeló a Fekir y Álex Moreno como sustitutos de Paul y Miranda. Una fue una permuta de hombre por hombre, por mucho que Álex Moreno esté ahora mismo algunos escalones por encima del canterano bético; la otra sí varió considerablemente el dibujo, pues Guido ya se quedaba como único medio centro posicional con la ayuda de Canales para la salida del balón y el mago francés le añadía varios puntos de peligro a la zona de los mediapuntas.

Fue él el encargado de decantar las cosas en una jugada extraña. Un pase bombeado de Luiz Henrique hacia la zona en la que estaba Fekir parecía que iba a morir ahí, porque la posición del francés parecía adelantada, pero el lateral Witry se quedó atrás y habilitó a la estrella bética. Éste, casi sin querer, disparó con un toque en el que parecía que desviaba la pelota más que otra cosa, pero todo fue tan sutil que se convertía en imparable y como no existía, ni de lejos, fuera de juego, pues gol para el Betis.

Fekir le había puesto la firma al primer disparo a puerta de los futbolistas que vestían de naranja y ya no iba a hacer falta nada más. La segunda mitad fue más tranquila que la primera y el triunfo y el primer puesto viajan hasta Sevilla vía la localidad de Varna. Este Betis de Pellegrini tiene la virtud de hacer trabajos finos, precisos como si de un cirujano se tratara. Gana, hace el mínimo esfuerzo y, de no ser por los dos lesionados, todo es perfecto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios