Laliga Santander | Crónica del Leganés-Betis

Garitano sonríe en la siesta bética (3-2)

  • Los verdiblancos despiden la temporada con una derrota en un partido en el que apenas pusieron intensidad ante un rival en inferioridad.

  • Rubén Castro, asistente en el 0-1, se marcha sin récord goleador.

Sin la tensión necesaria para competir tras una temporada que se ha acabado haciendo larga, el Betis se despidió en Butarque con el amargor de una derrota que lo deja finalmente como sexto clasificado. Ni adelantarse en el marcador con el gol de Campbell ni que el Leganés jugase durante 70 minutos en inferioridad despertaron a los verdiblancos de esa modorra con la que comparecieron en el sur de Madrid. Ni siquiera el aliciente de que Rubén Castro pudiese lograr su récord goleador les metió una dosis de motivación a los de Setién, que aglutinaron una posesión estéril que apenas inquietó a Serantes.

Ha llegado el Betis con la gasolina justa al final del campeonato y a aquella magnífica racha de siete victorias en ocho encuentros le ha seguido un punto de nueve en los tres últimos partidos, que al menos le ha servido para asegurar la clasificación europea.

Sólo la jugada del 0-1 rompió la monotonía de un Betis que dominó el balón, pero a una velocidad que jamás inquietaba al Leganés. Los pepineros se ajustaron en campo propio para evitar que los verdiblancos jugasen por dentro, como era su intención, y ni siquiera la expulsión de Diego Rico, por una reiterada protesta, alteró su guión.

Los amagos de Campbell o las subidas de Francis quedaban en nada ante la parsimonia con la que el Betis actuó en Butarque. Rubén Castro tiraba mil desmarques que no encontraban asociación por compañero alguno. Precisamente, de las botas del canario había surgido el gol verdiblanco. Tras un mal despeje de Brasanac, Rubén habilitó a Campbell, que arrancando desde campo propio le ganó al propio ex bético por velocidad para plantarse ante Serantes y superarlo por bajo con un remate con la zurda.

Ni esa ventaja ni la posterior expulsión de Diego Rico –los pepineros se habían ofuscado reclamando fuera de juego en la acción del gol bético– permitieron que el Betis se asentara en el partido más allá de la posesión de balón.

El Leganés, ya con Omar como improvisado lateral zurdo, continuó jugando su partido, con las líneas juntas y a la espera de cazar un falló de la zaga bética. Y así ocurrió en el 28’. Un saque de esquina botado por Omar encontró la cabeza de Ezequiel Muñoz que envió la pelota al corazón del área bética donde Siovas, libre de marca, sólo tuvo que fusilar a Pedro para igualar la contienda.

La tónica tampoco cambió tras el descanso. El Leganés se parapetó en las inmediaciones de su área mientras los béticos sobaban la pelota de un lado a otro sin que nadie rompiera una línea o se inventase un pase que pusiera en peligro a Serantes. Con ese fútbol anodino por parte bética, los de Garitano se encontraban cómodos y a la espera de cazar un contragolpe o una acción a balón parado. Y el 2-1, que pudo llegar en un remate de Guerrero tras un saque de falta, aunque fue anulado por un claro fuera de juego, volvió a poner el foco en Jordi Amat, ese especialista de aparecer en los goles rivales.

El fallido intento de despeje del catalán, propio de un equipo sin tensión competitiva, facilitó la tarea del propio Guerrero, que había acudido a la pelea por el balón. El atacante sólo tuvo que meterse en el área y cederle el balón a Naranjo, que agradeció el regalo empujándolo a la red.

Las imágenes del Leganés-Betis Las imágenes del Leganés-Betis

Las imágenes del Leganés-Betis / Inma Flores

En el Betis sólo lo intentaba Campbell, con ganas de reivindicarse tras un año plagado de lesiones y con el Mundial de Rusia en el horizonte. El costarricense ya había protagonizado varias acciones de ataque, con una media chilena incluida, cuando envió un balón al área en busca de los delanteros. El despeje bombeado de Siovas dejó la pelota en el área para que Sanabria, ante la mala salida de Serantes, pusiera la cabeza y lograse el 2-2.

Con casi un cuarto de hora por delante más la prolongación, el Betis tampoco aprovechó esta nueva situación para adueñarse del partido. La entrada de Joaquín le dio algo más de mordiente a las largas posesiones de los verdiblancos, pero Serantes ya no tendría que acudir más veces a su portería.

Sí lo tendría que hacer Pedro en el definitivo 3-2 con el que el Leganés se llevó el partido. Amrabat sacó con rapidez de banda para aprovechar el despiste de la relajada zaga bética. El posterior remate del marroquí, que también fue más rápido que Francis en el desarrollo de la acción, rebotó en Rafa Navarro para ponérsela imposible al meta verdiblanco y colarse en su portería junto al poste derecho.

En el día de las despedidas, la sonrisa se la llevó Asier Garitano, el entrenador milagro que ha consolidado al conjunto pepinero en la élite. El Betis, perdido ese espíritu competitivo que sí exhibió durante buena parte de la segunda vuelta, se quedó sin premio final. El fútbol de competición requiere de más cosas que simplemente pasarse el balón de un lado a otro con una parsimonia que hacía imposible sorprender al rival.

Rubén Castro tampoco se fue con ese ansiado récord. El canario se despedirá del Betis con una asistencia de gol, la del 0-1 de Campbell, pero sin opciones de alcanzar ese tanto por el que llevaba tiempo suspirando. Y es que el Betis se echó una siesta en Butarque.

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