Nombres propios: Nadie capaz de detectar por dónde aparecía Joao Félix

Pocos jugadores se podían salvar en el once del Betis, un equipo sin consistencia y sin ritmo ante un rival de inmensa calidad que encima era mucho más físico. Lobos como De Jong o Gavi se comían al débil centro del campo heliopolitano, cuyo sistema defensivo hacía aguas desde el principio

Bellerín: No pudo frenar al indetectable Joao Félix

El sistema defensivo echó en falta el músculo de Sabaly en el costado derecho, donde el Barça encontró un filón en la primera parte con las entradas del mejor lateral irzquierdo de España, Balde, y la posición indetectable de Joao Félix. El portugués abrió el partido él solito a pesar de que Pellegrini planteó un doble lateral con Luis Henrique formando una zaga de cinco cuando el Betis defendía hundido. Y en los duelos no estaba precisamente acertado.

Altimira: Alternativa ante los 'miuras' más astifinos

Había jugado unos minutos ante el Rayo, pero el catalán se encontraba con el compromiso de debutar como titular nada menos que ante un Barcelona en casa y la historia tenía muchas posibilidades de salir mal. El chaval, en una posición muy delicada por dentro, no tuvo ni ritmo ni carácter y el Betis lo sufrió en su sistema defensivo.

Isco: En un escenario así hay que dar más el callo

No vale vivir del cuento de la lechera de, con su fútbol vistoso, ser elegido el MVP en las votaciones. Un duelo ante el Barça requiere también piernas y Pellegrini le pidió trabajo. Lo intentó al principio, pero pronto tiró la toalla en esa faceta. Un ejemplo, su central en el par, Crhistensen, se plantó solo en el borde del área conduciendo para dar el pase de gol en el 2-0.

Willian José: Pudo meter al Betis en el partido

El goleador del Betis lo intentó y, junto a Ayoze, logró inquietar a la defensa del Barcelona en alguna fase del partido, particularmente justo antes del descanso en dos acciones casi seguidas que hubieran cambiado el signo de la noche. La primera casi no contaba al pitar Sánchez Martínez fuera de juego, pero en la segunda, tras un pase de Isco, se encontró con paradón de Ter Stegen de los que desmoralizan. Luchó y no se le puede recriminar nada.