Respiró el Betis y respiró su entrenador, Rubi, que se ganó con justicia otra vida con el triunfo ante el Real Madrid. Sí, ante el conjunto de Zidane, el líder, que firmó su hecatombe en Heliópolis fruto de la indolencia mostrada, de ser un equipo ramplón durante muchos minutos y, por supuesto, por cómo se vació el equipo de Heliópolis: el buen hacer de Sidnei, el gran Fekir, un Canales soberbio...

Lleva viviendo Rubi en un bucle constante, con la sombra siempre presente y en muchas ocasiones injusta de Quique Setién, toda la temporada. Los resultados no lo acompañaban, sus lecturas de partido tampoco eran correctas en muchas ocasiones, pero su ilusión y tozudez para no caer en el desánimo siempre lo han acompañado, de ahí que anoche se ganara una vida más extra y justa con la victoria ante el equipo madrileño. De momento, sigue Rubi.

Sidnei remata a gol.

La mala racha de resultados casi lo condena, si el Mallorca no hubiese perdido en casa con el Getafe la pasada jornada, muchas miradas estaban puestas en él en este partido con la guillotina presente (sobre todo, los que aún siguen con el cansino debate de Setién), y de momento, su futuro, sin que el público del Villamarín pidiera aún su marcha, sigue estando en el banquillo bético para encarar el derbi de la mejor manera posible. Rubi hizo esta vez cosas justas, dejando a Mandi en el banquillo para seguir dándole confianza a Sidnei, siguió apostando por Édgar como pivote y le dio la oportunidad desde el inicio a Loren. Los cambios, salvo el obligado de Pedraza por Álex Moreno, fueron a su tiempo y con todo el sentido del mundo. Y Tello le dio la razón.

Ahí estuvo Tello, un futbolista al que a base de confianza Rubi parece haberlo metido en la película. Con el extremo catalán siempre pasan cosas en el campo, y tras fallar ocasiones claras en algunos partidos ayer se deshizo y fulminó todas esas críticas –en muchas ocasiones injustas– que recibió y calló esas voces que pedían su salida del club de Heliópolis desde verano y en el mercado de invierno, en vez de dotarlo de cariño para recuperar su mejor versión, al ser un jugador todavía muy aprovechable. Y el premio de Tello fue el gol al Madrid con un remate que más bien fue un pase a la red, y a continuación recibió abrazos y muestras de apoyo de sus compañeros, conscientes éstos de la importancia de este gol para el de Sabadell, que no ha vivido momentos nada fáciles.

Tello celebra su gol al Madrid.

Un gol que permitió al Betis acabar con la mala racha ante el Madrid en Heliópolis, al que no ganaba desde el 24 de noviembre de 2012 con un tanto de Beñat (1-0). Victoria y alegría para una hinchada que arropó a los suyos cantando el himno, y en la que un sector cada vez mayor volvió a cantar aquello de "¡Directiva, dimisión!" y coreó el nombre de Lorenzo Serra Ferrer, entendiendo que por encima de todo está el interés general del Betis. De ahí también, el ambiente gélido que se vivió en muchas fases del partido, incluyendo el runrún cuando al público no le gustaba lo que veía de los suyos. Al final, tras el sufrimiento, el Villamarín estalló de alegría, respiró por tres puntos que alejan a su equipo de la zona de peligro y que permiten encarar el derbi con una sonrisa en el rostro.