El listón de este Betis mediocre se ha situado en competir. Con eso parece que basta. ¡Increíble! Otro año más, la historia se repite. Llega el verano, los que mandan venden un salto de calidad, llega otro director deportivo, empieza la Liga y, de nuevo, a escena, la verdadera realidad del conjunto verdiblanco: sumar otra vez algo más de 40 puntos para salvar la categoría. ¿Por qué? La respuesta está, como último ejemplo, en el encuentro de ayer en Heliópolis. Casi media hora de auténtico espanto de los pupilos de Víctor, que vivieron del recital de fútbol de Dani Ceballos, de otra muy buena actuación de Rubén Castro -se estrenó en casa este año- y de la buena noticia que sigue siendo que Sanabria que siga viendo portería, después del tanto que hizo en la Copa del Rey ante el Deportivo. Después, volvieron a verse las carencias de este Betis en defensa...

Y es que el cuadro verdiblanco acabó ayer el partido, dentro de su 3-5-2, con ¡José Carlos, Pezzella y Rafa Navarro! Dos canteranos verdes para Primera y un central argentino con dos caras -muy bien en las incorporaciones en ataque y muy mal en lo que tiene que hacer un zaguero, defender-, de ahí que no se entienda ni la no convocatoria de Mandi ni el cambio de Bruno. Pero el problema va más allá, y está en la planificación. Otra vez, otro año más. ¿Cuántas temporadas viene ya arrastrando el Betis la necesidad de firmar centrales con poderío físico, altura y agresividad? ¿Ahora en enero hace falta un central por la marcha de Mandi a la Copa de África? ¡Eso ya se sabía en verano!

Al cuadro verdiblanco le urge tener, desde hace años, centrales que muerdan, altura, que denrasca... En definitiva, físico de élite, como en el centro del campo. Y ante el cuadro de Berizzo quedó claro. Tres goles recibidos. Centrales parados, fallos en las marcas y el último gol, de cabeza. Y se vio venir tras la sustitución de Donk. El holandés no estuvo bien, pero su cambio -el único futbolista con altura y presencia física- debilitó aún más a la defensa y su recambio, Felipe Gutiérrez, pasó desapercibido. El faro del Betis fue Dani Ceballos. Gran partido del utrerano, corriendo, trabajando y, lo principal, viendo bien el fútbol. Combinaciones al primer toque con Rubén, buscando al espacio a Durmisi, pases al hueco y al pie a Sanabria... Y cuando perdía algún balón era porque no tenía apoyos. Ay, Poyet...

Su acompañante, Petros, acabó ensombrecido por la actuación del 10 del Betis y por una expulsión justa, después de un primer tiempo en el que estuvo listo en el penalti que le hicieron tras ser arrollado. El ex del Corinthians es fundamental en este Betis, viendo el nivel que por ahora están ofreciendo Brasanac, Jonas Martin y Felipe Gutiérrez, pero nunca debe ser referente. Athletic y Alavés, en la Liga, y Deportivo, en la vuelta de Copa, son los partidos que les quedan a los heliopolitanos hasta el parón navideño. Dos encuentros ligueros importantes para no acercarse más a los puestos de descenso y otro, para dar un paso más en el torneo del KO. Mucho trabajo por delante para un Betis con poca esencia de Betis.