Manuel Pellegrini planteó el partido como el sentido común aconsejaba y reservó al grueso de titulares que saltará al Ramón Sánchez-Pizjuán este domingo. Había que calibrar si con la aportación de los alternativos le llegaba al Betis para sentenciar a los chipriotas, pero no fue así porque tras un buen trabajo, en la reanudación compareció un Betis desenchufado, que si no encajó algún gol (uno recibió, en fuera de juego por muy poco), fue por el nivel del contrincante.

El muy competente entrenador chileno detectó que el problema podía ir a más y ordenó el ingreso de Isco, Guido Rodríguez y Ayoze, acaso los jugadores de más peso específico ahora mismo en el equipo, para hacerse con la pelota y zanjar el debate.

Defensa

Ni con un equipo tan limitado como el Aris Limassol, el doble pivote que integraron William Carvalho y Guardado guardó con solvencia sus espaldas para evitar sustos a la retaguardia verdiblanca. Los chipriotas no son dotados técnicamente, pero sí que tenían algunas piezas veloces, que se colaron varias veces y generaron algunos conatos de fuego que los propios atacantes sofocaron con sus malas decisiones o su falta de recursos con el balón: a los 20 minutos, Montnor se presentó ante Claudio Bravo y marcó, pero partía de posición antirreglamentaria cuando otro compañero, el muy rápido Babicka, entraba como una bala por la derecha, habilitado, y hubiera podido asistir al propio Montnor en posición muy ventajosa.

Luego, ya con 1-0, en el último minuto de la primera parte, otra vez se encontraron tres jugadores del Aris ante tres defensas béticos en una situación de evidente peligro que Babicka malogró enredándose en lugar de combinar con Gomis.

Este tipo de partidos, en los que un equipo es consciente de su superioridad y juega condicionado por el siguiente encuentro, un derbi en su caso, nada menos, suele derivar en cierta relajación colectiva y eso fue lo que animó al Aris a salir con ciertas alegrías.

Ataque

El dinamismo y la movilidad de Rodri por sus terrenos favoritos, por dentro, que es por donde es pieza clave en la selección sub 21, prometió que el Betis iba a resolver pronto el pleito para levantar el pie, dosificar y cubrir el expediente, pero Borja Iglesias volvió a evidenciar que necesita recuperar toque, confianza y pólvora. Aprovechó una clarísima. Fue la mejor combinación de la primera parte: Abde toca atrás a Guardado, dibuja el desmarque con otra frenética carrera, Abner se desdobla y Borja se mantiene por detrás del balón para evitar el fuera de juego. Ahí sí estuvo fino el gallego.

En la segunda parte, con espacios e Isco, Abde fue un puñal.

Virtudes

Su amplitud de recursos ofensivos aflora cuando está Isco.

Talón de Aquiles

Esa desconexión de 15 minutos.